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domingo, 7 de enero de 2018

El Cuerpo etérico y las Energías !




A medida que nos introducimos en el estudio esotérico sobre las energías vamos siendo conscientes del campo tan amplio de investigación que se abre ante nosotros sobre la realidad de los mundos ocultos, lo que representan para la evolución las energías de los siete rayos y su gran poder transformador en la vida de la Naturaleza.
Sus efectos son internos y externos a la vez, produciendo cada uno de ellos un tipo particular de radiación que transforma  la vibración de la materia  atómica en todos los planos dentro del sistema.
No podemos hablar del cuerpo etérico si no conocemos las energías de los siete rayos, siendo de capital importancia la función que realiza al absorberlas, asimilarlas y distribuirlas, adaptándolas a la forma física densa según cual sea el estado evolutivo de la entidad que representa. 

Cada rayo compenetra y transforma con su radiación la materia atómica de las formas que responden de forma predominante a su propia cualidad, pudiendo ser reconocidas por aquellos que conocen sus influencias por medio del estudio, porqué además son observadores y saben diferenciar entre las características de un rayo y otro.  
Sabemos que todo cuanto existe en la creación es energía y nosotros la humanidad no somos una excepción. Es por esta razón que siendo energía, formamos parte de un   chacra dentro del cuerpo del Señor del Mundo, pues como bien sabe el estudiante esotérico los chacras son cúmulos de electricidad o Fuego que en conjunto dan forma al vehículo que denominamos, etérico.  
La actividad o inactividad de los chacras dentro del cuerpo etérico determina los estados de consciencia que predominan en una vida determinada o en una época de grandes cambios internos, cuando se produce la transferencia de las energías de un chacra inferior a otro superior, que conocemos esotéricamente como, Iniciación ! 


Estamos investigando sobre el cuerpo etérico intentando comprender lo que representa para la vida manifestada, pues no olvidemos que pertenece a los niveles superiores del plano físico, tanto si nos referimos al macro como al microcosmos.  
Sabemos que el cuerpo etérico es el conductor de las energías; del prana solar, prana planetario y de las formas, produciendo distintos efectos sobre las entidades que las reciben según el estado evolutivo y el uso que se hace de ellas. 

Cuando las energías inciden sobre los éteres planetario, humano, sub-humano o atómico, penetran a través del centro superior que se halla en todo ser vivo, siendo de alguna forma al equivalente al (polo norte planetario) y dirigidas al centro esplénico, este centro es una réplica en miniatura del sol de nuestro sistema solar.
Científicamente sabemos que todo astro solar o planetario más o menos esférico, en su parte superior y análogamente a lo que en el ser humano es el centro Coronario, posee una ligera depresión, o sea que no es totalmente esférico. Es por esta depresión por donde penetran las energías o Prana.

Si hemos observado alguna vez la belleza mágica de las auroras boreales, podemos estar seguros que hemos visto las energías (Dévicas) solares entrando y saliendo en el planeta dejando su impronta. El hecho de que puedan verse es debido a la latitud, a la pureza de los éteres y al magnetismo tan potente que existe en aquella zona del planeta que no impide que nuestra vista física pueda verles. La visión etérica no se considera clarividencia sino que es una facultad del ojo físico que las razas primitivas poseían y fueron perdiendo a medida que los ojos físicos densos aumentaban su visión. Sin embargo, aunque para la gran mayoría de la humanidad la visión etérica esté en latencia, poco a poco la iremos recuperando a medida que avance la raza. 
De igual forma las energías pueden ser vistas entrando o saliendo del centro coronario de un ser humano o de un fruto más o menos esférico si se posee visión etérica. Después de haber penetrado en el cuerpo o forma, salen del mismo centro superior como una potente eclosión de energías en forma de cascada que envuelven todo el cuerpo, matizándolo con los colores de los rayos que han sido atraídos por aquella entidad, ya sea subhumana, humana o solar.  

La analogía es perfecta, pues la absorción, asimilación y distribución de las energías se produce de igual forma en todo ser viviente.
El Logos solar recibe las siete energías de rayo y las distribuye a los siete planetas sagrados y a la vez las expanden por todo el cuerpo solar. Es lo mismo que ocurre con el hombre, siendo los chacras principales los receptores y distribuidores de las energías de los siete rayos los que las distribuyen por todo el organismo humano.

Cuando las energías  penetran en una forma, es el cuerpo etérico quien las conduce y asimila, absorbiendo la cualidad del rayo entrante mezclándolas con el estado de consciencia del ser interno. Las energías que no son utilizadas salen a través de la radiación que emite el doble etérico y que conocemos como el aura de salud, mezclándose con las auras de los ambientes con quien se relaciona y con todas las formas de vida que existe en el planeta.    

De esta forma podemos imaginar cuan complejo es el contenido de los éteres planetarios dentro de los cuales estamos inmersos, pues está constituido por todos los estados de consciencia y vibraciones en constante movimiento y transformación  producidos por multiplicidad de especies y reinos de la naturaleza, que en conjunto, forman el aura del cuerpo físico del Señor del Mundo. 

Si el éter dejara de existir, todo cuanto constituye la creación se desintegraría. No existiría ninguna forma en todo el universo ya que todo cuanto nos envuelve y compenetra es Éter. Por su intermedio nos llega la Vida y permite el desarrollo de la consciencia por medio de los sentidos.
Para el clarividente que observa, la condición del doble etérico le revela el grado evolutivo del alma encarnada. Es el cuerpo que nos facilita la continuidad de consciencia en otros planos y determina la vitalidad o falta de ella según el karma de la entidad que lo ocupa. En cada uno de los planos todas las formas creadas están constituidas de éter
desde el primero hasta el séptimo superior.
El éter es el conductor y distribuidor de las energías que circulan de forma interminable por todo el universo, dejando su impronta en cada vida y en cada elemento con el que entra contacto. Es el medio por el cual el hilo de la vida y el de la consciencia pueden llegar a cualquier forma de vida permitiéndole evolucionar. 
                                                             

                                                                           Marta Parramon
4 comentari
  1. Muy interesante, como de costumbre.

    Las energías "sobrantes" para decirlo de alguna manera, salen y se funden en el medio ambiente y pueden ser absorbidas por otros seres que se encuentren alrededor, por tanto, podríamos deducir según la vitalidad de las personas (y digo vitalidad, no ganas de hacer cosas) si son emisoras de energía o en su defecto receptoras de la misma, no? En otras palabras, las personas con buena salud y vitalidad expelen energía y las enfermas y poco activas están faltas de la misma... (cuestiones kármicas al margen).

    Un fuerte abrazo 
  2. Creo que tu reflexión concuerda perfectamente con las enseñanzas esotéricoas
    Pero creo que también sería interesante reflexionar sobre lo que significa el Inconsciente colectivo y la receptividad o no que poseemos sobre los estados de consciencia y la cualidad de las energías que contienen.

    Todos los seres que vivimos y evolucionamos en el planeta, en conjunto formamos una unidad y extraemos de los éteres la mayoría de elementos o energía que precisamos para desarrollarnos y seguir evolucionando.
    Esta energía está contenida en los éteres dentro de los cuales estamos inmersos, pero únicamente absorvemos aquellas energías con las cuales tenemos una afinidad de vibración.
    Aunque los seres humanos estemos individualizados, no olvidemos que somos un chacra dentro del Cuerpo solar y como tal, estamos influídos constantemente por las corrientes de energía que circulan por todo este cuerpo mayor.

    Todo estado de ánimo, dolencia , alegría o preocupación está impreso en el ambiente que nos envuelve.

    En realidad lo que tu dices sobre la vitalidad es así, pero es necesario aclararlo, pues el hecho de que una persona posea poca vitalidad, puede ser debido a diversas causas.
    Generalmente y aunque se haga de forma inconscientee, cuando se relaciona o se acerca a otras personas que gozan de gran vitalidad, esta persona absorbe la de ellos, recuperando momentáneamente la suya. Pero también puede suceder que entre sus relaciones existan otros que estén en su misma condición y entonces puede haber quien esté más capacitado para absorverle a él la poca energía que pose.De esta forma si no existe la capacidad de recuperación la persona se sentirá cada dia más desvitalizada.
    La vitalidad la podemos mejorar muchísimo si creamos hábitos saludables, haciendo ejercicio al aire libre, siguiendo una alimentación equilibrada y (sobre todo) teniendo muy presente que si no nos dejamos arrastrar por nuestras emociones y deseos que (generalmente son la causa del problema) podemos estar seguros que nuestra salud mejorará.

    La poca o mucha vitalidad siempre tiene sus causas en la buena o mala canalización de las energías del vehículo etérico. Los síntomas los notaremos en el cuerpo físico, pero generalmente la causa es más bien psicológica que física, como ocurre con la mayoría de dolencias, que tienen su orígen el los cuerpos astral o mental.

    Como ves no he hecho más que ampliar un poco más lo que has dicho tu.
    Gracias por tu comentario que me ha permitido ampliarlo.

    Un fuerte abrazo Dani
  3. El pun mig entre el cos etèric i el cos físic, es la LLum de l'Ànima, Sense aquesta vitalitat ens perderíem en un mòn sense fi.
    Es per això que constanment hem d'expandir-la.

    Gràcies Marta.
    Petons i una forta abraçada.
  4. El cuerpo etérico es el "mensajero", el que hace de canal para que pueda establecerse el contacto entre el Espíritu y la Materia.
    En realidad el etérico es físico, aunque pertenece al aspecto superior de este plano, aunque está estrechamente conectado con todos los niveles.
    Todo cuanto podamos hacer con el cuerpo físico denso, repercute en el etérico y  a la inversa. Por esta razón se recomienda cuidar el cuerpo físico dándole lo que necesita para que esté saludable. De esta forma el cuerpo etérico se fortalece y es más apto a la hora de hacer circular las energías que de forma constante le llegan del exterior, construyendo unos cuerpos más saludables (al menos físicamente).
    En cambio las energías que provienen de los cuerpos astral y mental no dependen de los cuidados físicos ni de la correcta o incorrecta acción sinó de nuestros equilibrios o desequilibrios emocionales y mentales, los cuales van descendiendo hasta concretarse, primero en el cuerpo de energías y finalmente en el cuerpo físico denso.

    Este tema está ampliamente explicado en el libro de Alice Bailey "La Curación Esotérica"
    Para quien no lo conozca, os lo recomiendo. No trata de los efectos de las enfermedades sinó de las causas internas que las producen.

    Gracies amics Olga y Carles
    Petons i una forta abraçada.
     

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