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domingo, 27 de junio de 2021

La evolución humana-dévica y el discipulado!




 ¿Nos hemos preguntado alguna vez el porqué una tercera parte de nuestra vida la pasamos durmiendo y porque no podemos evitar quedarnos inconscientes cuánto nos viene el sueño? ¿Nos hemos preguntado que representan los sueños, los estados de conciencia y las vivencias que experimentamos estando dormidos?. Hay muchos libros que interpretan los sueños desde el ángulo psicológico, más o menos acertado, pero no desde la evolución de la conciencia.
¿A dónde va el alma al dejar el cuerpo físico cuando se duerme? Sabemos por los estudios esotéricos que hay otras dimensiones del espacio en los cuales nos adentramos inconscientemente cuando nos dormimos.
No es lo corriente poder soñar lo que quisiéramos, aunque algunas veces puede que lo hayamos conseguido, especialmente cuando el deseo sea tan potente que nos llega a obsesionar, proyectando en el sueño imágenes y circunstancias que reproducimos en el nivel más bajo del plano astral.
Los sueños pueden ser muy diversos, generalmente reflejan nuestros miedos, esperanzas, ilusiones y deseos de todo orden, satisfechos o insatisfechos. Pero también hay otros que no son fruto de la imaginación, sino que son vivencias que pueden ser muy reales y ricas en significado y espiritualidad.
Estos estados de conciencia no los podríamos vivir si no fuera porque poseemos unos cuerpos elementales que nos sirven de vehículos para acceder a otras dimensiones del espacio y que se adaptan a nuestra propia conciencia. Con el tiempo y a medida que el ser humano evoluciona también lo hacen ellos, lo cual significa que su trabajo constructor cada vez es más perfecto y se ajusta más al arquetipo que tiene como modelo.
Desde que entramos en el reino humano los cuerpos que utilizamos compuestos de substancia elemental, han elevado su vibración y esto les ha sido posible, porque los seres humanos que también hemos evolucionado, les hemos dado a construir formas cada vez más perfectas. Sin embargo, todo ser que posee algún tipo de consciencia a medida que asciende en su evolución también aumenta su poder y ansias de libertad. Llegados a cierto punto en que los seres humanos integramos la personalidad, significa que los tres elementales constructores se han fusionado, formando una única consciencia y naciendo de esta unión el Deva elemental de la Personalidad. Es en este estado cuando espíritu y materia entran en conflicto en el interior de la consciencia humana.
La finalidad del Alma consiste en utilizar aquella personalidad para poderse manifestar a través de ella una vez el hombre haya adquirido la autoconsciencia y redimido la materia.
El deva de la personalidad luchará ferozmente para no ser sometido a la voluntad del Alma. Hay que tener en cuenta que los elementos forman parte de la materia, mientras que el hombre tiende hacia el Espíritu.
Al evolucionar, los devas elementales de la personalidad humana adquieren un lugar prominente dentro de su propia jerarquía Elemental adquiriendo poder de decisión y vida propia.
Si queremos comprender el porqué de esta lucha tendremos que ser muy imparciales para entender el porqué de esta rebelión, y conocer aunque sea por los conocimientos adquiridos, que cada reino debe sacrificar su vida por el que le sucede.
El Deva que guía la construcción de los cuerpos, no los construye pensando en el hombre, sino para poder encarnar él mismo una vez los tenga construidos e integrados para llevar a cabo su propia evolución. Para comprenderlo es preciso saber que el Deva evoluciona en el Sentimiento, mientras que el Hombre lo hace desarrollando la Mente.
Esto nos da a entender que la forma de plantearse la evolución es muy distinta en ambos reinos, aunque la evolución es paralela y la finalidad de ambos consiste en adquirir cada reino la cualidad del otro, surgiendo de esta fusión el Ser Andrógino.*mitad hombre y mitad ángel*
Por una parte ha sido el hombre quien ha facilitado al deva la energía e información necesaria para construir los cuerpos.
También debemos tener presente que los devas elementales no poseen consciencia del bien ni del mal. Ellos se limitan a construir con la energía cuya vibración magnética es similar y tienen a su alcance, sin pensar en su finalidad como lo hacemos los seres humanos.
El deva constructor de cada uno de los cuerpos, una vez ha construído la forma la habita. Esta posesión para ellos significa encarnar. Lo mismo hace el Deva de la personalidad integrada cuando habiendo fusionado los tres elementos o elementales (la consciencia física, astral y mental del hombre), encarna en la personalidad formada, como dueño y señor.
Fijaos que estamos hablando de la evolución elemental unida estrechamente a la humana, sin embargo son dos reinos distintos que han surgido de mónadas distintas.
Si han construido los vehículos ha sido para llevar a cabo su propia evolución. Los cuerpos hechos de materia los construyen con su propia esencia elemental, son su obra y sus vehículos de expresión.
Aunque la energía con que los elementales construyen los cuerpos la extraen de sí mismos, la vibración que emite el ser humano penetra en ellos y con sus pensamientos va perfeccionando la capacidad constructora de los elementales, primero por medio del sentimiento que le otorgan los estados de consciencia astral del hombre y posteriormente en etapas más avanzadas de ambos reinos, los devas responderán a los impulsos mentales del ser humano.
*No es lo mismo el pensamiento que la Mente, el pensamiento es humano, pues todos los hombres piensan sea cual sea su evolución. Mientras que La Mente es Universal*
En todo momento los cuerpos construidos por los elementales tendrán la misma cualidad vibratoria de la consciencia humana. Cuanto más intensa sea nuestra actitud en cualquiera de los tres estados, más poder les daremos de decidir por sí mismos, hasta llegar al punto en que los que controlarán nuestra vida no seremos nosotros.*el Alma*, sino que serán los devas elementales que los han construido.
¿Qué ocurre con el alma en esta etapa actual de desconcierto en que el desequilibrio y el desorden son tan evidentes? Ocurre que la gran mayoría de la humanidad está tan identificada con la forma que cree que sus cuerpos y ella son lo mismo, quedando el Alma totalmente marginada.
Sin embargo aunque sea lentamente la evolución sigue adelante para muchos seres humanos y a medida que integran la personalidad y las tres fuerzas elementales se manifiestan unificadas en la personalidad, los cambios que se producen en la conciencia se ven reflejados en los valores que cultivamos, en la forma de vivir y en nuestros sueños, aunque en esta etapa las crisis de consciencia son inevitables.
Algo de gran importancia espiritual es saber que no todo lo que denominamos sueños es producto de nuestro inconsciente y de las vivencias personales que generalmente se experimentan en los niveles inferiores del plano astral. También se tienen experiencias muy reales y que van mucho más allá de este plano. Hay que aprender a diferenciar los sueños de las realidades y saberlos interpretar.
Cada persona es particular en sus sueños, esto se debe a que los estados de consciencia son muy diversos dentro de la evolución humana. Aunque por pertenecer a un mismo reino tenemos muchísimo en común. Hay quien no recuerda haber soñado, pero eso no significa que no pueda tener vivencias en niveles superiores al plano físico, en este caso puede haber distintas razones. Una de ellas es que el cuerpo etérico no esté bien adherido y alineado con el físico denso y las energías no puedan circular debidamente ni registrarse los sueños en el cerebro físico.
En cuanto entramos en el camino de evolución superior se va produciendo en nuestro interior una inquietud que nos empuja a cambiar la orientación de nuestras vidas. Son épocas de cambios profundos en que la dualidad a menudo nos desequilibra. Cuándo nos preguntamos sobre el auténtico sentido de la vida, algo está cambiando en nuestro interior. Entonces la mente da señales de estar despierta y orientada hacia el camino de retorno. Sin embargo aunque la mente esté desarrollada y nuestros valores se estén transformando, todavía vivimos condicionados por la personalidad y quienes controlan casi por completo nuestra vida son los elementales, aunque a medida que avanzamos se van haciendo sumisos a nuestra voluntad.
Al entrar en el camino de retorno, el control del elemental físico será un hecho y a partir de aquí quien tomará el mando será el elemental astral. A la par se producirá el desarrollo progresivo de la mente y del corazón, que nos será necesario para ejercer el control astral.
Llegados a este punto, la autoconciencia se desenvolverá, produciéndose un hecho muy important...Empezaremos a actuar como Almas y a sentir la imperiosa necesidad de contribuir a elevar la consciencia humana.
El aura del aspirante al discipulado empezará a iluminarse, especialmente la parte de la cabeza de donde surge un pequeño chorro de luz que la envuelve y a medida que sirve se va intensificando. Esta luz es percibida por el Maestro, sabe que dentro de aquella forma hay una alma preparada para servir y puede ser entrenada en alguna de las Aulas internas para aspirantes.
En esta primera Aula la instrucción se da por las noches cuando el cuerpo físico descanse. Al despertar es posible que no recuerde sus experiencias, porque cuando todavía no ejerce el control sobre su cuerpo astral, los sueños personales se entremezclan con las vivencias espirituales, confundiéndolo a la hora de interpretarlos. Sin embargo aunque no lo recuerde, si el sueño ha tenido cierta importancia interna, habrá quedado grabado en su consciencia y en el momento oportuno cuando esté preparado surgirá a la luz el recuerdo, produciéndose una expansión de consciencia que puede ser indicio de haber recibido la 1ª Iniciación menor.
En esta escuela se aprende a discernir el valor de las cosas y especialmente a controlar a los elementales de sus cuerpos físico y astral, lo cual significa... Controlarse a sí mismo. Entonces el aspirante comprenderá que todo cuanto existe es energía y que sus cuerpos no son compuestos moleculares tan solo, sino que son entidades.
Pasadas muchas encarnaciones el Alma del aspirante al discipulado habrá cultivado su capacidad mental y el amor hacia la humanidad, habiéndose iniciado en el servicio. Si está preparado y cumple con todos los requisitos que precisa para entrar en el discipulado consciente, será puesto a prueba por el Maestro..
Deberá demostrar el pleno control sobre el constructor elemental de su cuerpo astral. Esta es la prueba más difícil de superar. Habrán tenido que pasar muchísimas encarnaciones desde la primera a la segunda iniciación a fin de lograr vencer sus tendencias astrales.
Si supera las pruebas kármicas, físicas y astrales que se le presentarán en su vida personal, será aceptado por el Maestro y preparado para recibir la 2ª Iniciación.
Su mente estará muy bien desarrollada y su corazón despierto, dando muestras de estar desarrollando la intuición y listo para realizar un servicio de una mayor responsabilidad.
La continuidad de consciencia aumentará considerablemente después de la 2ª Iniciación, permitiéndole al discípulo aceptado recordar sus vivencias más íntimas espirituales durante el proceso iniciático y ser plenamente consciente de estar aprendiendo en las Aulas internas.
Además de tener el derecho de conocer a otros reinos, la naturaleza de la Energía y las Leyes ocultas de la naturaleza.
A partir de ahora el avance en el Sendero se acelerará grandemente y las enseñanzas que reciba serán las previas a la tercera iniciación Jerárquica.
En la 3ª Iniciación, serán tres pruebas por las que se tendrá que pasar... físicas, astrales y mentales. El iniciado debe demostrar que ha trascendido totalmente sus tendencias personales y redimido a las fuerzas elementales de sus cuerpos..
El acercamiento al Maestro se producirá progresivamente, no porque el discípulo iniciado lo desee sino por el servicio y el amor demostrado hacia la humanidad.
La continuidad de consciencia alcanzará niveles muy superiores y el magnetismo que irradiará su corazón, además de atraer la atención de las almas preparadas que están en el Sendero del discipulado, estará contribuyendo a redimir al mundo.