(Los audios en lengua Catalana son traducidos progresivamente al idioma Español)

viernes, 30 de marzo de 2018

sábado, 24 de marzo de 2018

VBA. Conversaciones esotéricas en Argentina ! (25)





Vicente Beltrán Anglada en Argentina



AUDITORIO DEL CIRCULO MEDICO ‑ 3/11/85 - Posadas



La vida en el ser humano se hace potentemente activa en la medida que va comprendiendo el exacto cumplimiento de la Ley. Todos estamos persuadidos, de alguna manera, en que el mundo ha de ser transformado porque realmente las condiciones ambientales, los sistemas que gobiernan al mundo, no han cumplido adecuadamente su misión. En vista de ello hemos comprendido que lo único que puede salvar a la Humanidad es la comprensión del hombre, es que el hombre  comprenda exactamente su situación dentro del ámbito social y darse cuenta –de una manera completa y total, de que él es el responsable de todas las ocurrencias que tienen lugar en el mundo en forma de acontecimientos. El hombre es el acontecimiento. Los acontecimientos son solamente el rastro que deja el hombre en la historia del mundo. Siendo así, habrá que preguntarse más de una vez, ¿en qué manera contribuyo yo a esta gran exaltación del sufrimiento humano que estamos percibiendo por doquier? Pues, evidentemente, el mundo está sufriendo intensamente toda clase de crisis, unas crisis que han sido impuestas en virtud de las leyes soberanas de la evolución y también, ¿por qué no decirlo? Porque el hombre se va haciendo constantemente invocativo y por tanto se convierte –dentro de la esfera social en donde vive y haga su ser, completo y absoluto, con resolución de sus actividades— en una tremenda fuerza que tiene que impulsarlo más allá de sí mismo.

Voy a hablarles entonces más allá de ustedes mismos pues evidentemente, el hombre ha sufrido desde luengas edades este tremendo poder cristalizador de las tendencias ancestrales. Se ha convertido en un esclavo de la tradición y entre él y la verdad ha situado un muro de incomprensión y por tanto su vida ha dejado de ser realmente invocativa tal como debía ser.

Lo que sucede actualmente, la persona analítica, la persona inteligente y de buena voluntad se da cuenta exactamente de que todo cuanto sucede en el mundo viene por una proyección de energía que él mismo ha ido invo­cando de una manera desordenada y quizás inconscientemente, pero las ener­gías están ahí y hay que tratar de canalizarlas lo más correctamente que sea posible.

Jamás en la historia del mundo ha habido tal profusión de grupos, de una u otra tendencia, que busquen la verdad, la verdad en sí misma y no simplemente una arquitectura más o menos afín con sus creencias que se han convertido realmente en este muro que lo separa de la verdad.

¿Qué es exactamente la verdad? La verdad son ustedes mismos, igual que la vida, igual que el poder de razonar, el poder de intuir, el poder de vivir dentro de los esquemas que nosotros mismos hemos creado. Así pues lo más interesante del gran movimiento espiritual de nuestra época está en estos grupos de participación activa en los misterios íntimos de la vida o, si ustedes lo prefieren, de la divinidad. Es así que las estructuras organiza­das que durante un gran pasado, un pasado muy lejano, imprimieron su im­pronta en la conciencia de los seres humanos se va haciendo cada vez más débil y las personas inteligentes dejan de pertenecer a estas estructuras que son adherencias al tiempo y se están convirtiendo progresivamente en individualidades libres, con una conciencia propia y sin el temor del mañana, el temor que nos ha legado la tradición, consiguientemente la tradición con su sistema de recuerdos encadenados nos ha situado frente a nosotros mismos de una manera irreal; no tenemos una idea real de quienes somos, ni de dónde procedemos, ni adónde nos dirigimos; somos personas que estamos sabiendo recién ahora de la prehistoria espiritual, hay que ser muy honestos y reconocerlo así y reconocer por tanto que existen dentro de esta Nueva Era unas oportunidades magníficas para todos, que podríamos utilizar de una manera correcta, libre y ordenada. Advertirles a ustedes que somos unos esclavos de la tradición o unos residuos permanentes del pasado no es expli­car algo que pertenezca a un misterio, todos sabemos esto debido a que tenemos el poder de recordar los hechos; así de una manera inconsciente hemos ido acumulando recuerdos sobre recuerdos sobre nuestra conciencia y este es nuestro yo, un manojo de recuerdos, de sistemas tradicionales, de códigos genéticos incomprendidos, de códigos morales que no hemos sabido interpretar. Y esto ha producido roces dentro del ambiente social que nos rodea, por esas inmensas crisis y dificultades que todos sufrimos en una parte o en otra de nuestro ser psicológico.

Yo afirmo que nosotros utilizando el poder de la comprensión podemos des­truir estos muros que nos separan de la Verdad y ver la Verdad en sí misma, para darnos cuenta entonces, de que la verdad somos nosotros y no la estruc­tura dentro de la cual habíamos vivido hasta acá creyendo que esto era lo más sagrado de la existencia; lo más sagrado es el Yo, pues el Yo es la representación de lo divino, somos hechos a su imagen y semejanza, enton­ces si todos estamos de acuerdo en esta cuestión, por qué creamos estructuras, estructuras rígidas que nos condicionan, que nos van introduciendo lenta pero inexorablemente dentro de los cánones irresistibles del tiempo y ahí si lo examinamos, somos esclavos del tiempo y el tiempo es nuestra obra, nosotros somos el tiempo pero, al propio tiempo, somos la divinidad que puede triunfar del tiempo. Sucede entonces que en nosotros hay una cruenta lucha constante entre la figuración histórica que nos caracteriza como hijos del tiempo y la Verdad única divina que somos nosotros en esencia. Si reconocemos esta sencilla verdad: ¿cuál tendría que ser nuestra actitud?, ¿crear nuevos códigos de justicia, de moral, de ética o situarnos dentro de nosotros mismos y ver la propia realidad?

Este es el tremendo dilema de nuestra época: ¿podrá el ser humano triun­far de sí mismo venciendo el imperio de las estructuras que él mismo ha construido? ¿Podrá destruir los muros de separatividad que le separan de sí mismo y de los demás? ¿Podemos vivir ausentes de prejuicios, de sistemas educativos que nos hacen competitivos con respecto a los demás? ¿O vamos a triunfar definitivamente de nosotros mismos? Escogiendo claramente el camino de nuestra vida, no el impuesto por la estructura sino aquel que gobierna desde adentro la vida de nuestro ser.

En base a esta pequeña intro­ducción, contestaré muy gustoso todas sus preguntas porque de esta manera extenderemos todo este proceso que va del yo temporal al Yo eterno, que va del conflicto a la paz, al equilibrio, que va del razonamiento siempre cambiante de la mente humana hasta el triunfo de la evolución interna que se manifiesta en forma de intuición.

Vamos a crear pues un grupo intuitivo y podríamos empezar ahora, si ustedes son invocativos en sus preguntas, yo seré evocativo en mis respuestas y todos participaremos conjuntamente de esta verdad que está más allá del tiempo.

Mientras ustedes se deciden voy a continuar. Ayer traté una pregunta a un público, también muy selecto, como son ustedes, ¿por qué han venido aquí?, ¿Cuáles son los móviles íntimos para comprender estas motivaciones del estar aquí y ahora? Pues esto es un resultado de la motivación y ¿cuál será entonces esta motivación?, ¿Se dan cuenta? Tienen que darse cuenta de esta motivación, si no se dan cuenta de esta motivación, ustedes no podrán comprender la vida ni sus misterios, no podrán descubrir la verdad que son ustedes mismos. Si yo pudiera afirmarles y seguramente ustedes desde el fondo de su corazón lo asentirán: están aquí porque no están en manera alguna conformes con lo que hasta aquí han vivido, porque ustedes sufren, están atravesando crisis y dificultades, esta es la herencia kármica de toda la humanidad. Pero la respuesta es muy honda: ¿por qué estamos aquí ustedes y yo? No será para jugar con palabras sino para tratar de experimentar conjuntamente una realidad que somos todos nosotros.

Se nos hacen afirmaciones religiosas diciendo que Dios está en nosotros y que nosotros somos Dios y que somos hechos a Su imagen y semejanza, entonces: ¿Por qué buscamos fuera aquello que tenemos dentro? La resolución del estar aquí y ahora es esta la respuesta, precisamente que ustedes no están conformes con aquello que ustedes mismos están viviendo en la actualidad, son más que todo esto que está sucediendo. Ustedes son los creadores del tiempo con todo lo que el tiempo trae consigo: los acontecimientos, los hechos, las difi­cultades, las crisis psicológicas y esto se puede aplicar a cuanto ocurre en la nación, ya sea la gran nación Argentina, ya sea cualquier otra nación. ¿Por qué existen crisis en las naciones sino es porque existen crisis en la vida de los seres humanos que constituyen el núcleo de la nación?. Que ustedes hayan votado, esto naturalmente se refleja como conciencia ciudada­na. Pero yo hablo de un mundo dentro del cual no existen elecciones, donde la suprema Ley de lo eterno guía todas nuestras elecciones. Ustedes están siem­pre, como yo, como todo el mundo, sujetos al gran conflicto de decidir, o sea, de elegir entre varias razones, entre varios partidos, entre varios cauces de orden social, ¿verdad? ¿No será que están ustedes aquí para llegar un día a liberarse de esta condición coercitiva de tener que decidir? Es decir, decidir entre una o varias razones, pero naturalmente si yo les hablo a uste­des de la razón única, lógicamente les estoy hablando de un estado de conciencia que está libre del conflicto de elegir entre una cosa y otra. ¿Qué es exactamente el libre albedrío o la capacidad de decidir más o menos libre­mente sino la capacidad de equivocarnos constantemente? Esto es el libre albedrío. Eso trato de decirles en todas las conferencias y charlas que estoy sosteniendo no sólo aquí sino en todos los países que he visitado; porque esencialmente si el hombre es Dios no podemos decir que Dios está sujeto al conflicto de tener que decidir entre el bien y el mal, siendo Él el Bien Supremo, ¿se dan cuenta de la situación? Están aquí y ahora para com­prender esto, seguramente Dios en nosotros, o Cristo en ti esperanza de gloria, son palabras muy bonitas ¿verdad?, pero, ¿qué hacemos con palabras? Mientras aceptamos la idea de conceptos tradicionales y quizás luchemos a través de esos conceptos tradicionales con otros conceptos tradicionales que buscan exactamente lo mismo que nosotros. 

¿Qué sucede entonces? Que la lucha religiosa, la lucha política, la lucha sea cual fuere su origen y su significado es falsa, una división es falsa, en cierta manera es falsa y la capacidad, de elegir es falsa, porque es la facultad que tiene el hombre de equivocarse. Pero, ¿qué sucederá si enfrentamos una situación tan directa­mente que dentro de la profundidad de esta observación nos damos cuenta de que aquello que observamos somos nosotros mismos? Barremos el espacio entre nosotros y qué sucede, que nos damos cuenta que todos somos lo mismo y que solamente la estructuración de nuestra mente, el concepto arcaico que hemos ido alimentando a través del tiempo, que las luchas y los conflic­tos se han convertido única y exclusivamente en motivaciones absurdas que nos separan los unos de los otros. Tiene que haber forzosamente, si somos dioses, - tal como aseguran todas las religiones- un camino directo, sin inter­mediarios, sin salvadores, nosotros somos el salvador. Si viene algún instruc­tor espiritual de categoría espiritual realmente suprema, solamente nos enseñará un camino y nosotros somos los que debemos recorrerlo, los ángeles no nos ayudan en el sentido que creemos sino que ayudan a la persona que está trabajando intensamente, esta es otra de las grandes verdades que tra­tamos de dilucidar aquí y así progresivamente nos vamos dando cuenta de que es fácil liberarse de la estructura si nos damos cuenta exactamente de que estamos presos dentro de esta estructura. Dentro de una estructura es como el pájaro dentro de la jaula, que estará seguro dando vueltas dentro de la jaula, de la estructura que lo limita, pero por grande que sea la jaula el pájaro siempre está preso, ¿verdad? Que no se trata entonces de una estructura pequeña o grande, se trata simplemente de lo que es exactamente una estructura. Entonces, si toda estructura es condicionante: ¿por qué esta­mos constantemente creando estructuras? o bien, el gran dilema, ¿podernos estar dentro de una estructura cualquiera y ser tan inteligentes dentro de la estructura que no nos sintamos condicionados por esta estructura? Esta es la razón suprema de la vida pues siempre viene la realidad a confirmar el hecho de que Dios y nosotros somos una sola cosa, somos la esencia, espiritual, desconocida, infinita, Dios es extenso en su manifestación, el hom­bre es más limitado en su extensión en el tiempo pero sometido a la acción inteli­gente de la esencia, el Yo espiritual, el Yo único, Dios en nosotros. Esta es la gran realidad que tratamos de dilucidar aquí. Si nos damos cuenta de esta situación automáticamente surgirá dentro de la conciencia una nueva ética social, una sociedad libre de estructura, sería reconciliar  a la mayoría ya, pero no podemos tomar toda una nación como estructura y hacerla reducir a nuestros conceptos por buenos que sean, sino que tendremos que encon­trarnos a nosotros mismos de una manera libre y desapasionada, liberarnos de las estructuras que nosotros mismos hemos construido dentro de la conciencia, entonces veremos que por acumulación de energía libre nos convertire­mos en la propia sociedad que estamos buscando. La nación siempre es el reflejo de nosotros mismos, no es algo que se crea al azar o por destino más o menos divino; somos nosotros los creadores de la sociedad.

Pregunta: Efectivamente pienso que la mayoría y quizás todos  los que esta­mos aquí, hemos venido con la misma intención, una intención de caminar hacia nuestro Yo superior, encontrarnos con el, todos nosotros de algún modo buscamos liberarnos de las estructuras creadas no solamente por nosotros sino por aquellos que nos antecedieron y que indudablemente nos sirven de una tremenda carga. Ahora bien, todos nosotros de diferente formación, pertenecientes como dijo usted a diferentes partidos, incluso religiones, estamos aquí, todos queremos avanzar, unos tienen el camino mucho más claro a través de lectura o experiencia, otros empiezan a enfrentarse consigo mismo. Ahora bien justa­mente a eso va centrada mi pregunta: ¿Ese encuentro consigo mismo, esa tremenda experiencia de liberación siempre es difícil?.

Respuesta: Naturalmente que así ha de ser. El paso que va de lo temporal a lo eterno es un vacío muy difícil de formar; hay que crear un puente que vaya desde nuestros deseos inmediatos hasta esta meta que todos anhela­mos. ¿Qué hay que entender por comprensión de uno mismo? No podemos comprendernos espiritualmente sin destruir antes, o controlar antes, las estructuras que hemos construido. Primera estructura: Nuestra mente. La mente es una creación del hombre para pensar y después el cuerpo emocional, nuestras emociones que también hemos creado nosotros por nuestro deseo de vivir y de ser en el tiempo. Y después como resultado de esta dualidad el cuerpo físico que responde automáticamente a las influencias de la mente y de la emoción, pero, ¿comprendemos exactamente el valor de esta afirmación?  ¿de que nosotros hemos creado nuestros vehículos de expresión y que por lo tanto son tres estructuras con las cuales debemos enfrentarnos, para controlarlas, para comprenderlas exactamente. Entonces tenemos que saber exactamente, ¿qué es la mente? ¿Cómo se ha ido creando la mente? ¿Qué es la emoción? ¿Qué es el deseo? y ¿Qué es la actividad física? Simplemente formas de energía. Formas de energía que son modificaciones en ciernes de la energía única que es el Yo espiritual, el Yo divino, en el proceso está sin duda en cómo nosotros podemos comprender que no somos las estructuras, sino somos los creadores de las estructuras. Cuando el constructor se da cuenta de que está encerrado dentro de la condición, de la estructura, entonces viene una revolución interna, entonces viene el principio de la comprensión, la comprensión de que la mente no es otra cosa que una expresión del Yo espiritual, que trata de manifestarse en forma de pensamientos; lo mismo sucede cuan­do se trata del cuerpo de los deseos. ¿Sabemos exactamente lo que es el deseo? El deseo es siempre una cristalización del deseo de la vida para manifestarse y provee desde siempre a la entidad espiritual, la necesidad de manifestarse en el tiempo. Somos seres humanos, significa que tenemos autoconciencia, a diferencia de los demás reinos de la naturaleza sub-huma­nos que solamente tienen conciencia y a veces sólo sensibilidad. Pues bien, si nos damos cuenta de que no somos el pensamiento, de que no somos el deseo, ni somos el cuerpo, entonces la pregunta irá siempre hacia Dios, a su imagen y semejanza, pues un rayo de sol contiene en esencia la totalidad del sol. El sol no ha crecido mas que sus rayos, pero el sol con todo su esplen­dor es sólo un rayo de otro sistema cósmico, por lo tanto hay siempre esta analogía y Dios también tendrá que trabajar seguramente, en el sentido humano, aunque en esferas inaccesibles a nuestro entendimiento humano. Pero, si ustedes se dan cuenta de que están pensando, es que ustedes no son el pensa­miento. ¿Se dan cuenta que piensan verdad?, si no se diesen cuenta sí que sería el pensamiento la realidad en ustedes, si ustedes se dan cuenta de que de­sean y que luchan con sus deseos, es que ustedes no son los deseos, lo mismo con las actividades físicas, ustedes no son las actividades físicas. 

El Yo trata de manifestarse a través de ciertos ideales, pues bien, el principio de la comprensión de la estructura está aquí dándose cuenta de que las reacciones de la estructura no son más que, resistencia al yo espiritual, que nosotros hemos creado los cuerpos y que estos cuerpos, sin que nos demos cuenta, nos están condicionando. ¿Por qué? Porque cada cuerpo tiene su propia con­ciencia y hay una conciencia mental, una conciencia emocional y una conciencia física que ustedes utilizan para manifestarse, pero que existe una profundidad misteriosa de vida más allá de las estructuras y es de esto que estoy tratando de que ustedes vean claro. Seguramente que algunos de ustedes o muchos de ustedes saben ya el misterio de la estructura, el misterio del Yo espiritual, pero conviene recordarlo constantemente, porque saber que una cosa o conocer de una cosa, no es realizar aquella cosa, simplemente es un juicio mental y no una experien­cia vívida dentro del corazón. ¿Qué es lo que hay que hacer? No podremos comprendernos a nosotros mismos sin aislarnos por completo de la estructura que hemos creado. Quizás pudiésemos analizar cómo ha sido creada esa estructura. La estructura se inclina por la necesidad de manifestación, el hombre tiene necesidad de pensar para poder expresar el pensamiento de Dios a través de su pequeña mente, entonces crea una estructura que llama­mos cuerpo mental; la vida de Dios en nosotros en su intento de manifestarse se manifiesta en nosotros como deseo, el deseo de ser, el deseo de realizar, el deseo de comprender, el deseo de todo cuanto nos rodea y naturalmente, cuando el deseo se ha incrustado en cosas más allá de sus condiciones y en el cuerpo físico sucede lo mismo, tenemos un mecanismo altamente especializado que fue creado por imposición divina para manifestar el espíritu del hombre y tenemos así que el cuerpo condiciona a la mente, condiciona al deseo y finalmente aísla la mente, el deseo y el cuerpo de Dios, me refiero a esto cuando hablo de la estructura una. Si nos condicionan las estructuras: ¿Cómo no nos va a condicionar el ambiente social donde vivimos? ¿Cómo no va a condicionarnos el inconsciente colectivo de la raza? ¿Cómo no va a condicionarnos todo recuerdo que provenga del pasado? Bien, ahí está el tremendo desafío de esta época. ¿Podemos ver esta realidad en sí misma, sin intermediarios, sin que la mente anteponga la estructura ante la realidad que somos nosotros? Este es el desafío de nuestra conciencia.

Pregunta: ¿Hay una verdad o muchas verdades?

Respuesta: Sólo existe una Verdad pero existen muchas formas de expresión de esta Verdad. Sólo que nosotros Somos la Verdad, somos Dios, pero ¿Por qué nos manifestamos tan distintamente? Porque de la gran Verdad hemos escogi­do un pequeño núcleo y esto es una verdad, no la Verdad. Entonces la lucha que sostiene la Humanidad en sí misma y con todos los demás es el triunfo de una verdad sobre la Verdad.

La Verdad única no tiene problema porque no tiene separatividad, pero cada cual está afincado en su pequeña verdad y a través de esta verdad se crea una estructura, ¿verdad? y a través de esta pequeña estructura de ver­dad que hemos creado estamos creando un conflicto social, pero sólo existe una Verdad: Dios en nosotros. La limitación entre lo inmanente y lo trascendente, lo inmanente es la pequeña verdad, lo trascendente es la Gran Verdad, entonces volvemos a lo mismo, si estamos tratando de descubrir la verdad a través de las estructuras nos daremos cuenta que el principio de despersona­lización será el principio del descubrimiento de la Verdad más allá de la estructura que creó una verdad.

Pregunta: Según esto ¿Los hombres son iguales o son diversos?.

Respuesta: En esencia somos iguales, pero en la manifestación distintos. Esto es evidente. Cuando les preguntaba ¿por qué están ustedes aquí?, segura­mente que todos buscan la verdad que son; pero, cada uno de ustedes tiene una forma específica de buscar esta verdad. Las creencias, las estructuras, la fe en lo eterno, lo que sea, ha creado un campo de división y un campo de unidad, porque la realidad es una, y la manifestación es múltiple, enton­ces la unidad no es estar juntos acá, ¿verdad? Podemos estar juntos aquí todos y no estar unidos, yo les hablo de la unidad y no el de estar juntos, estructurados, uniformemente regidos, porque esto sería traicionar la verdad, pero ya ustedes tienen la singularidad específica y a través de esta singularidad específica ustedes van mani­festando el Dios Interno. Lo interesante es que se comprenda la base esencial que todos somos hijos del mismo Propósito Divino; y que los caminos no tienen mucha importancia, si nos damos cuenta de esta verdad porque no lucharemos los unos contra los otros sabiendo que Dios es Unidad y que nosotros trata­mos de aproximarnos a Él en virtud de la ley de semejanza.

Pregunta: ¿Cómo compaginar esta diversidad en una Unidad, dado que la convivencia social se basa en esta diversificación de verdad en una convivencia unitaria?

Respuesta: La sociedad se basa en la diversificación de los seres humanos, cuando los seres humanos están luchando, están empequeñeciendo su Yo espiritual, están creando estructuras rígidas que no dejan que el poder espiri­tual penetre dentro de esa estructura. Entonces lo principal es “darnos cuenta”, darnos cuenta de la situación y ver que la sociedad, el país, el gobierno, la política, la economía, la religión y todo cuanto constituye una estructura - más o menos densa o más o menos sutil - es nuestra propia creación porque depende de cómo nosotros estamos manifestando la Ley de Dios en nuestra vida, cómo nos conformamos de acuerdo con esta Ley de Fraternidad, cómo nos estamos constantemente traicionando, cómo estamos siguiendo principios éticos equivo­cados por imposición moral, religiosa o mística, es decir, que si nos damos cuenta de esta situación automáticamente vendrá una etapa de conversión que hará que nos vayamos volviendo vulnerables a la vida y no indiferentes o competitivos o separatistas.

Pregunta: Usted habló de energía. ¿Esta energía en nuestro plano tridimensional puede ser positiva y negativa o simplemente es la misma energía puesta al servicio del bien y del mal?

Respuesta: La energía es neutra, la energía de Dios al manifestarse en la diversidad crea dos amplias vertientes: el bien y el mal, el bien y el mal no es de Dios, es que el hombre ha diversificado la energía única de la Unidad y decimos bien a aquello que aparentemente sirve para un cauce social correcto y decimos mal a aquello que es lo opuesto, que es falso; y todos estamos sujetos –como les decía anteriormente— al conflicto de la elección entre el bien y el mal. No estamos tan apercibidos del descubrimiento de la Ver­dad que no tiene principio de elección, sino que estamos entablando una batalla constante por efecto de este libre albedrío que nos otorga la divini­dad y que se manifiesta por la capacidad de decidir, pero claro, ¿y qué decidi­mos y cómo decidimos?.

Decidimos en las cosas y en las personas, decidimos en el bien y en el mal. ¿Cómo decidimos? A veces inconscientemente, nos equivocamos mu­cho. Pero existe un momento en la vida del hombre sin que se dé cuenta de que existe realmente un estado de conciencia que está mas allá del conflicto de la elección, entonces descubre el Yo espiritual, el Yo interno. Paradójicamen­te, os ruego que examinen bien esta idea, cuando el hombre no tiene el libre albedrío es cuando elige realmente bien porque existe una división entre el libre albedrío humano y la Voluntad de Dios. Cuando el libre albedrío ha sido reducido a cero viene entonces la Voluntad de Dios y Dios no puede equivocarse, no está sujeto al conflicto de decidir entre el bien y el mal, es el Bien Supremo, por lo tanto está más allá. El proceso  pues está, primero, en la correcta elección de las cosas y de las situaciones, pero el segundo gran estadio tiene que ver con la elección correcta, no elegimos entre un no y  un si, entre unidad o diversidad, sino en aquel estado de conciencia que hace que el hombre elija libremente y siempre con plenitud, con orden, equilibrio y seguridad cuando está entablando un dilema que no existe.

La vida se convierte entonces en la vida suprema del hombre, no la mente discernitiva, no la mente que está tratando siempre de tratar corregir, de controlar, de apiadarse de sí mismo, o bien de aplaudirse su versión; es la realidad mística la que está en juego, nosotros, el Yo, al ser que está más allá del conflicto del tiempo.

Pregunta: Si el hombre participa de la divinidad, quiere decir que es bueno por naturaleza. Ahora, si es bueno por naturaleza, ¿por qué existe la maldad?

Respuesta: El hombre es esencialmente Dios, pero usted sabe que Dios le otorga al hombre el libre albedrío, es el libre albedrío el que se equivoca, no la Voluntad de Dios. Estamos siguiendo un proceso idéntico al principio de la charla, estamos siguiendo un movimiento distinto al de la propia divini­dad y seguramente que Dios sabía exactamente lo que se hacía cuando al hombre le otorgó el principio del libre albedrío, porque entonces sabía que muchas veces el libre albedrío del hombre se rebelaría contra su propia Voluntad, pero él había decidido crear el reino humano y lo creó. Y el reino humano está en plena evolución, por lo tanto tendrá que venir el momento en el que la vida del hombre se haga tan potentemente invocativa que realmente haga posible que la Voluntad de Dios, la Voluntad Suprema pueda manifestarse a través de un ser humano que se ha liberado completamente de la elección del bien y del mal. No se trata que sea el Bien Supremo. Si cuando ha dado al hombre la oportunidad de manifestarse, lo ha hecho según el hombre, no según Dios, para que el hombre tenga la facultad de equivocarse, tenga la facultad de errar, esta facultad que tiene el hombre de errar a veces y de equivocarse otras porque así va creando un campo de experiencia, es el campo de experiencia lo que busca Dios en nosotros y finalmente, a medi­da que avance la evolución, se convertirá precisamente en la Voluntad de Dios, no existirá ningún elemento de discordia o de separatividad entre Dios y el hombre, sino que Dios y el hombre serán la misma cosa.

Pregunta: Sabe que he tratado de seguirlo y  confieso  que  me cuesta mucho a veces entrar en un mundo al que evidentemente no estoy acostumbrado, porque tengo la mala costumbre tal vez de ejemplificar demasiado. Entonces, los conceptos abstrac­tos me cuestan seguirlos y me cuesta mirarlos. Pienso, si usted tal vez es tan amable y por ahí puede ejemplificarnos, tal vez geográficamente algunas cosas, o si nos puede definir un poco qué es este mundo en este momento, si somos una especie de un gran laboratorio de pruebas de alguien, de ese Ser Supre­mo, Suprema Inteligencia. Le explico y al auditorio también, mi vergüenza por ser de un análisis muy simplista: ¿Qué pasa después de la muerte? En un mundo en que todos nos planteamos, todos los días sabemos, existen claras divisiones, que permanentemente  la cantidad de habitantes va aumentando, que en el mundo de países subdesarrollados con mucho mayor índice de natalidad aumenta proporcionalmente más que el otro mundo y estas cosas. Es decir, volviendo a mi pregunta acerca de un concepto de ejemplificación tal vez  un poco más pequeñito, le pediría menos general, de la cosa.

Respuesta: Lo siento pero realmente el mensaje que trato de transmitir es general. El problema del hombre es el problema de resolver el misterio de su propia vida. ¿Cómo y de qué manera estamos manifestando este Propósito? Es algo tan claro y tan sencillo que todo el mundo puede darse cuenta. A ustedes podría hablarles de situaciones cósmicas que quizá sería dar una complejidad demasiado grande a este aspecto sencillo que trato de dar en mis charlas ¿Cuándo el hombre es sencillo? ¿Cuándo realmente la persona está de acuerdo con sí mismo y por lo tanto con la Ley de Dios? Cuando está observándose muy atentamente? No cuando está mirando el espacio, se puede decir, de una manera distraída como solemos hacerlo. Las preguntas que nos hacemos individualmente pueden ser el resultado de que no hemos podido dar todavía seguridad a nuestra vida, esta seguridad que perseguimos y que no hallamos hace que nos preguntemos el misterio de la muerte. Bus­camos el misterio de la muerte no como una comprensión sino como una evasiva al tremendo dilema de la vida. Es evidente que todos estamos intere­sados en descubrir un gran misterio, el misterio de la muerte es el misterio de la vida, es sencillo de comprender, porque existen dos razones: el nacimiento y la muerte, pero en el centro del nacimiento y la muerte, la vida triunfa siempre, entonces la muerte es sólo una expresión de la vida en otro nivel; y naturalmente, ¿cómo vamos a ser conscientes en aquel nivel?, sien­do conscientes de las estructuras, pues cada estructura corresponde a una dimensión del espacio. Y la muerte –técnicamente descripta— es un fenómeno de la cuarta dimensión, aunque se está realizando en la tercera dimensión. Muere el cuerpo físico, ¿verdad? tercera dimensión, pero aquella chispa a la que hacemos referencia está perdida constantemente y va pasando a través de las dimensiones hasta hallar aquella suprema dimensión dentro de la cual encuentra una “estabilidad”, vamos a definirlo así; pero claro entonces sucede que la persona se pregunta: - Bueno. ¿Y qué ocurre después? - Porque naturalmen­te el hombre siempre está preguntando y "Llamad y se os abrirá. Pedid y se os dará". ¿Qué ocurre después de la muerte? Es un fenómeno de vida, sólo que la vida tiene tantas dimensionalidades que solamente hay que darse cuenta de la dificultad de los científicos para penetrar en la cuarta dimen­sión, y sin embargo, cada noche al acostarnos y al dormirnos pasamos a la cuarta dimensión, que seamos conscientes o no, no es materia ahora para discu­tirlo, sino que entramos en otra dimensionalidad. ¿Por qué no somos conscientes de la cuarta dimensión? ¿Por qué no sabemos exactamente lo que ocurre después del fenómeno de la muerte? Porque todavía no hemos desarrollado convenientemente la estructura astral, el cuerpo astral al cual hacía referencia. Todo se encadena, ¿eh? Es el perro que se muerde Ia cola.

La estructura es perfecta cuando está construida exactamente.

El cuerpo físico está completamente construido, por más que evolucione el ser humano no variará su estructura, pero el cuerpo astral está a medio hacer y como está a medio hacer no podemos tener una conciencia estructural en el plano astral o en la cuarta dimensión,y ocurre mucho más – peligrosísimo en este caso— y difícil de comprender, que el cuerpo mental no está todavía suficien­temente controlado, es solamente un 30% de posibilidades en las personas muy desarrolladas, por lo tanto no podemos hablar de una conciencia mental en la quinta dimensión.

Ahora bien, ustedes me dirán: hay personas que tienen videncia, que oyen voces, que ven cosas, yo les digo a ustedes que éste es un fenómeno típico de las razas aborígenes, me perdonarán, ¿verdad?, porque el perro, el gato, el caballo y otros animales, ven, oyen y tienen cierta significación oculta con el mundo astral. Sin embargo nosotros que constituimos unas unidades avanzadas de la raza aria hemos perdido por completo estos poderes. ¿Por qué? Porque hemos tenido que desarrollar el centro Ajna, el centro del entrecejo, o sea el centro que nos permite pensar, recordar y finalmente con el tiempo, intuir las razones. Cuando esto se desarrolle. entonces veremos a través de un ojo que está situado entre estos dos que conocemos: el tercer ojo ¿verdad?, y éste entonces, nos dará nociones más exactas de lo que es la quinta dimensión, de lo que es la mente, pero hay que empezar por cons­truir el cuerpo astral y el cuerpo mental, hacerlo más asequible a las fuerzas mentales que provienen del Cosmos; es decir, si va siguiendo el desarrollo de la idea no es difícil de comprender, entonces va siendo el desarrollo de un cuerpo, el cuerpo físico lo tenemos plenamente desarrollado, solamente hay que cualificarle, es decir que a medida que sutilizamos el cuerpo astral a través de la sutilización de los deseos y el cuerpo mental a través de la sutilización de los pensamientos, entonces empezaremos un trabajo de reorganización que será un futuro desarrollo para el cuerpo astral y también para el cuerpo mental.

Se trata de algo que hemos dicho anteriormente en otras palabras, pero el fenómeno de la muerte como que es un fenómeno de la vida tiene su continuidad y naturalmente si ustedes aceptan esta continuidad de la vida tendrán que reconocer que existe un proceso de venida con OTRa experiencia y esto es la reencarnación de los esoteristas a la cual no hago referencia, porque el ser humano suele siempre refugiarse, como último intento, como última escapada de su propio yo, él pasará su experiencia para el día de mañana.

En Barcelona, donde soy bien conocido por estas explicaciones, siempre pongo como condición que para mí la reencarnación para mí  no es motivo de discu­sión porque es algo que he podido comprobar experimentalmente, que la Gran Fraternidad Blanca para mí es una experiencia, por lo tanto fuera de discusión y que, por lo tanto, el problema de la muerte no me afecta porque amo mucho la vida y toda persona que ama mucho la vida forzosa­mente triunfará de la muerte. La muerte como una paralización del ritmo de la vida, no como la desintegración del cuerpo y con esto la desintegración del yo, esto no es posible si aquietamos la evolución de la vida, ¿verdad?

...Pero sÍ puedo decirles, algo que ya dije en Buenos Aires ante una pregunta muy similar y es que cada embajada dentro de un planeta, es realmente la expresión en  aquel planeta de la voluntad de un Logos igual que sucede con los gobiernos de la tierra es decir que nosotros tenemos un gobierno que tiene embajadores en todas las capitales... de los gobiernos

Pregunta: Por la manera de manifestarse para destruir los esquemas que tenemos estructurados, me parece que esto va a llevar a creer en otro esquema.

Respuesta: No si ustedes son inteligentes. No estoy diciendo... primero, usted está confundida. He dicho que se llega a Dios, cada cual según su propio camino y que será perfecto en Dios, según su propio camino, por lo tanto no estoy diciendo que hay que luchar por distintos caminos entre si para poder hallar la plenitud de Dios. Dense cuenta que el proceso de la vida en el hombre es magnificente, pues el hombre es el rey de la Creación y sin embargo, siendo el rey de la creación, es el ser que está más preso de conceptos y detalles, enredado en sus propias redes, que ningún otro ser en la vida de la naturaleza; tenemos por ejemplo la lucha en la selva entre los animales salvajes que se devoran unos a otros siguiendo la ley cíclica, pero aquí nos estamos devorando no según una ley cíclica, sino según el imperio del egoísmo que atenaza nuestra mente y corazón y parte de este egoísmo está circunscripto en el área de algunas estructuras. ¿Acaso el proselitismo no es una forma de crear una estructura? Les estoy diciendo siempre: Hay que desmitificar toda estructura e incluso todos los líderes que crearon estructuras para que el hombre no siga siempre a otra persona, a otro ser, que se siga a sí mismo  y esto no es crear una nueva estructura y un nuevo concepto estructural sino decirles: Tú eres Dios, búscate en ti mismo. Esto es fácil de comprender y cada cual va a buscar según esté como cuerpo, como emoción como cuerpo . Dios está en la base de todo, como la savia está en la raíz del árbol y alimenta cada una de sus hojas y, sin embargo, todas las hojas son distintas, no hay ninguna hoja igual en el árbol. ¿Por qué? Porque cada cual sigue el camino de su propia estructura, pero la savia –DIOS—­ siempre es la misma. Dicho de otra manera, ¿podemos vivir tan intensa y conscientemente que podamos vivir como una hojita alimentada por la savia de Dios, sin anteponer su forma, su virtualismo o su singularidad contra la singularidad de las otras hojas del árbol? Este es el gran problema de la época, es el problema con el cual he iniciado esta pequeña disertación de hoy, estamos aquí precisamente para evitar que la  hoja del árbol luche contra otra hoja del mismo árbol, que nos demos cuenta que estamos luchan­do –sin darnos cuenta— a través de una estructura. Yo no creo otra estructura con mis palabras, es en todo caso ser incorrectamente comprendido, estoy diciendo que hay que buscar la unidad que está en la vida de todo ser huma­no, sea cual fuere su condición, sea cual fuere su singularidad, lo que hago preci­samente es que el hombre desarrolle su propia singularidad hasta llegar a Dios porque como les decía, somos la Verdad, somos el Camino, somos la Vida. Y esto es esencial, que nos demos cuenta de que somos esto en realidad y que, por lo tanto, si nos damos cuenta ya no lucharemos jamás por motivos de estructuración, porque nuestra singularidad será tan perfecta que a través de esta singularidad perfecta revelará el Espíritu de Dios, es múltiple en su manifestación aunque Uno en su naturaleza esenciaI.

Pregunta: ¿Podríamos decir de que Dios es el gran cerebro y que nosotros somos sus miembros y que debemos perfeccionar Su Obra?

Respuesta: Exactamente. Somos células del cuerpo de Dios, y por lo tanto en la medida que las células funcionen el cerebro de Dios funcionará más perfectamente, esta es la Ley de la propia singularidad. Lo mismo puede ser dicho con respecto a las células de nuestro cuerpo, se han hecho rebeldes a la actividad del pensador; en el caso de una enfermedad hay, una rebelión de las células y nosotros somos Dios y nos sentimos conturbados por esta rebelión de las células; sin embargo, con el tiempo, a medida que existe este proceso de reconocimiento de Dios a través de cada estructura corporal habrá también una redención celular y convertiremos cada célula en Luz como hacen los Maestros, ¿verdad? Este es el gran proceso que estamos tratando de llevar a cabo: convertir en Luz cada una de las células de nues­tro cuerpo, es un fenómeno físico‑místico de la redención explicado científica­mente. Hasta aquí la redención es algo que solamente corresponde al alma. No es el compuesto celular el que debe ser redimido, el Alma que es una proyección de Dios ya está redimida en su esencia, llamándole Yo Superior o Yo Inmortal, es decir que las tendencias de la época son siempre tratar de ajustar células al principio divino; en unas épocas esto se hace muy plena y ricamente y en otras se pierde este contacto, se altera, se desorganiza; la enfermedad del cuerpo físico es una guerra destructora creada por los hombres dentro del gran cuerpo de Dios, de ahí nuestra responsabilidad del sufrimiento que engendramos en la Vida Divina seguramente. Porque El nos ha dado algo maravilloso que es parte de Su Vida para que seamos conscien­tes de Su Obra y nosotros utilizamos la técnica de que El nos ha impuesto para crear las armas con las cuales nos estamos matando esto es un sufrimiento a la Vida de Dios, este es el punto de responsabilidad que quizás nos haga más responsables con respecto a nuestra actividad mental, emocional o física.

¿Podemos hacer juntos un momento de silencio, por favor?






Archivo distribuido por:

Unidad de Servicio Buena Voluntad Rosario
www.sabiduriarcana.org  -  bvr@sabiduriarcana.org  

Descargue esta conferencia y otras desde:
http://www.sabiduriarcana.org/conferencias-50.htm

jueves, 22 de marzo de 2018

El Ángel solar en la evolución humana !

                                   
                                                                   

(Traducción del Catalán al Español  publicado en audio en este bloc el 27/08/17)
Conferencia a cargo de Marta Parramon en la Asociación de Amigos de la India de Barcelon,Catalunya (España) 2001


Todo cuanto podamos extraer de conocimientos esotéricos por medio de libros, conferencias o de otros medios, es importante porqué nos ayuda a orientarnos y nos da información, pero lo que más nos interesa es que podamos llegar a una comprensión verdadera del significado que ocultan las palabras, con una visión clara, de manera que pueda ser aplicado a la vida sabiendo cuales son las causas y cuales los efectos que pueden producir en la consciencia.
Cuando emprendemos el estudio sobre las Fuerzas ocultas de la Naturaleza significa que estamos interesados en descubrir lo que se halla oculto detrás de las formas y no me refiero únicamente a las entidades físicas o etéricas, sino a las formas de pensamiento, de deseo y aún de nuestras tendencias espirituales, pues mientras en nuestra imaginación exista una imagen nos estaremos proyectando en el mundo de la forma y lo importante es saber la causa, lo que se halla oculto.
A medida que grupalmente nos vamos sensibilizando, nos 
acercamos más a lo interno, a las causas o entidades que ocupan las formas. Pueden ser formas dévicas, mentales, formas psíquicas- o astrales o etéricas,sin embargo las enseñanzas ocultas una vez hemos entrado en el campo del servicio, son para introducirnos en los distintos subplanos de cada plano i así poder conocer las vidas que se mueve en cada uno de ellos. I no únicamente conocerlos y saber de su existencia, sinó la clase de relación que debemos establecer con ellos según al tipo,vibración o reino (desconocido todavía para la mayoría de seres humanos) con los cuales tan sólo debemos saber de su existencia y nada más... Estas enseñanzas como es de suponer no las recibe cualquier persona que no esté preparada y protegida por el Maestro. Sin embargo a medida que aprendemos, el Maestro nos da libertad para experimentar por nosotros mismos a fin de que podamos convertirnos en verdaderos servidores, sabiendo que lo externo tan sólo és la consecuencia del estado de consciencia del ser que habita cualquier forma.
Cada alma que viene a la encarnación trae en sí sus propias tendencias y capacidad de relación que le conducirán por atracción mútua hacia unas tendencias u otras, unas más espirituales y otras más centradas en lo material.

Cuando entramos en el estudio esotérico se recomienda a los estudiantes que " el ser humano debe conocerse a sí mismo" si lo que desea es adentrarse en los secretos de la Naturaleza. No és nada impuesto, todo en el camino espiritual debe ser llevado a cabo voluntaria y libremente. 
Llegados a cierta etapa evolutiva surge de nuestro interior una imperiosa necesidad de saber ¿Quienes somos? no en lo personal  sino en lo más profundo de nuestro ser. Siempre tenemos por delante una meta a alcanzar pero esta meta  en realidad no existe, pues a medida que ascendemos en el camino vemos que sigue un tramo más que nos conduce siempre más allá de donde nos hemos propuesto.En este estado más avanzado, lo que en cierta época era para nosotros el futuro, para los seres que han ascendido mucho más allá en el camino, pertenece al pasado, al igual que quienes empiezan a hollar el sendero, el lugar que ocupamos nosotros es para ellos su futuro. 
Es siempre esta meta superior, la Luz del Ángel solar la que  alumbra la meta a alcanzar, la que nos atrae de una etapa a otra del camino y nos da la respuesta inicial que nos planteamos al principio,¿Quien soy?. Pues en este largo caminar, en esta búsqueda incansable,lo que andamos buscando es a nosotros mismos.

Empezamos a conocernos en las relaciones personales que establecemos desde el instante en que nacemos, con nuestros familiares, en la escuela, en el trabajo, amistades.... Generalmente cuando se dice que debemos conocernos a nosotros mismos  pensamos en nuestra forma de ser, de pensar, en nuestros deseos o actitudes, pero olvidamos que las relación siempre se produce cuando existen dos personas o más entre nosotros u otro cualquier  ser vivo que forme parte de la naturaleza, no únicamente con los seres humanos.
En general pensamos que nos conocemos como personalidades aún sin comunicarnos con los demás. Pero esto es imposible, porqué la única forma de extraer de nuestro interior lo que realmente somos, se produce si establecemos una comunicación mútua entre nosotros y lo demás. I aunque pueda parecer que no está relacionada esta experiencia personal con nuestro Ángel solar, sí que lo está, y muy estrechamente, pues si no fuera por Él, la consciencia que desarrollamos a lo largo de nuestra existencia, que es debida al desarrollo de la mente que un dia muy lejano nos implantó en el cerebro,  no llegaríamos a conocernos como Sus progenitores.
Nosotros los seres humanos somos divinos en esencia, aunque no seamos conscientes de ello mientras vivimos condicionados por la vida de la forma o personalidad. 

Cuando al relacionarnos nos sentimos atraídos hacia alguien o algo, nos hemos preguntado el porqué? El significado de la palabra "Identificarse" significa (ser idéntico) (verse reflejado en el otro) Entonces, la identificación siempre nos revelará algo de nosotros mismos que compartimos con las personas o con lo que sea que hemos establecido contacto, porqué en el instante de establecer relación, se ha producido la comunicación y es por ese motivo que nos reconocemos en los demás.
Todo cuanto existe en la Naturaleza está relacionado, pero la comunicación tan sólo existe con quienes nos sentimos atraídos magnéticamente de forma mutua, sin embargo sabemos que existen dos leyes universales -Atracción y Repulsión- a las cuales respondemos todos los seres vivientes, incluido el átomo. Es por esta afinidad vibratoria que nos identificamos más con unos que con otros y a distintos niveles de consciencia.

Si nos centramos en lo superior nos daremos cuenta que la relación entre nuestro Ángel solar y nuestro pequeño yo siempre ha existido, sin embargo aún nos falta establecer esta comunicación consciente que nos permitirá descubrirnos como verdaderos seres divinos. Aunque no deberemos descubrir únicamente la relación con el propio reino o con lo superior sino que deberemos reconocernos e identificarnos con los reinos sub-humanos de los cuales formamos parte en los primeros días de nuestra evolución como mónadas minerales, mónadas vegetales y mónadas animales.
La evolución de todos los reinos sin excepción, consiste en adquirir consciencia, cada reino y cada especie la adquirirá de la forma que le corresponda, que puede ser muy distinta a la que desarrollamos los seres humanos. Sin embargo observando al reino animal, vemos que existe en muchas cosas una gran similitud con el reino humano, el arquetipo hacia el cual dirige su evolución.

Todos los reinos de la Naturaleza tienen frente a sí una meta superior a alcanzar y esta meta es la entrada al reino superior. Nuestra meta es el quinto reino, el reino de las almas liberadas  cuyo Arquetipo és el Ángel solar representado simbólicamente por la estrella de cinco puntas.

                                                                       Marta Parramon Elies

jueves, 15 de marzo de 2018

VBA. Conversaciones esotéricas en Argentina ! (24)




Vicente Beltrán Anglada en Argentina

Corrientes - FUNDACION HELENA VERDUN ‑ 2/11/85



Antes de que la humanidad y los reinos de la naturaleza puedan asimilarlas completamente, existe una crisis de reajuste y esta crisis de reajuste provoca grandes acontecimientos que no siempre son del agrado de los seres humanos, pero en el fondo místico de tales acontecimientos  se halla siempre aquel Poder que renueva todas las cosas, aquel Poder insigne mediante el cual el hombre es, ha sido y será a través del tiempo. Pero yo quisiera hablarles de aquella cosa que desconocemos en nosotros mismos, que perdura más allá de los ciclos temporales, de aquella gran Realidad que nada tiene que ver con la historia y sin embargo es causa de ella; me refiero al Yo trascendente que ha provocado desde el principio de los tiempos la existencia de todo ser humano, sea cual fuere su condición, su fe, su creencia, sus ideales.

Y ahora, en esta crisis histórica de reajuste nos encontrarnos aquí y ahora para tratar de comprender conjuntamente cuál ha de ser la misión de nuestra vida, para que esta vida sea fecunda y pueda convertirse en un canal de distribución de las energías que provocan la disolución de los hijos del tiempo, aquellos factores que nos conducen al descubrimiento de la realidad eterna que somos nosotros. Esta comprensión, este entendimiento, esta fe en los valores absolutos, están presentes aquí y ahora y en todos los momentos del tiempo, han de ser captados intensamente y que por su propia intensidad ha de producir un reajuste en nuestra vida, una reorien­tación total de todos los acontecimientos temporales que se están relacionando con nuestra pequeña personalidad histórica.

Como les decía antes, no voy a hablarles de historia sino de este descu­brimiento, este descubrimiento que está más allá de la historia, porque es el Ser mediante el cual fueron creadas todas las cosas. La Jerarquía Planetaria, La Gran Fraternidad Blanca que guía los destinos de este Planeta está tratando a través de esos acontecimientos históricos, de provocar una catarsis de orden en este siglo de caos y ustedes son los responsables de reorientar estas energías en forma correcta, por eso están aquí y ahora y están tratando de descubrir esta Verdad Eterna de la cual les estoy hablando.

¿Cómo se manifiesta esta realidad en nosotros?, o mejor dicho, ¿cómo descubrir esta realidad trascendente que constituye el nervio vital de nuestra vida? Sólo con la unción total de nuestra vida, con esta observación serena de los hechos que están ocurriendo, no separándolos indebidamente de nuestra propia conducta social, sino que esta conducta social constituye el nervio vivo de la reorientación de estas tremendas fuerzas cósmicas.
La Gran Fraternidad, no lo olviden, no tiene otros elementos de contacto con la naturaleza que el ser humano, si se dan cuenta de esta situación y descubren este Misterio, ustedes se harán grandes y libres, ustedes podrán trabajar en todos los momentos y en toda situación, sea cual fuere la circunstancia kármica en su vida, siguiendo estas normas y principios que no son principios históricos sino que constituyen los códigos morales de todas las épocas, porque constituyen la Voz de Dios a través de todos y cada uno de nosotros. No podemos pedirle a la vida otra cosa que sufrimiento y esfuerzo si queremos llegar a comprender este Misterio. Naturalmente, el ser humano está constituido de tal manera, está tan aferrado a sus conceptos tradicionales, a sus propios cuerpos y a todo cuanto constituye el andamiaje de la historia, que difícilmente puede absorber de inmediato el tremendo empuje cósmico de estas fuerzas que estamos considerando. 

Ustedes son sin embargo esta fuerza, ustedes son este movimiento, ustedes son los constructores del andamiaje social que precisa esta época de grandes renovaciones planetarias. Es por tanto, que pongo en evidencia ante ustedes la necesidad inmediata que constituye este descubrimiento, el descubrimiento de la fuerza interna que es la motivación de todos nuestros actos, el principio místico de toda fe, de toda vivencia y de toda creencia o de todo ideal. Si ustedes son verdaderamente como son, los promotores de la acción jerárquica aquí en la Tierra, tienen que demostrarlo en su actividad, no pueden ser como las demás personas porque ustedes han descubierto que hay algo en ustedes que está más allá y por encima de los acontecimientos del tiempo.

Yo solamente quiero recordarles en esta breve introducción,  para contestar a las preguntas, que en ustedes descansa la Paz del Mundo, no simplemente la pequeña paz individual. Es la agrupación de la libertad conquistada por cada individuo la que crea la estructura de la sociedad ideal de Paz, de Libertad y de Justicia y ustedes son los responsables porque han descubierto esto y no pueden quedarse parados en medio de este inmenso movimiento creador. Ustedes son la acción, no lo olviden, ustedes son los promotores de los acontecimientos, ustedes crean los ambientes planetarios, ustedes crean los sistemas políticos, religiosos y económicos. En ustedes descansa esta gran verdad y quisiera conversar más detalladamente sobre esta gran verdad, con los descubrimientos que ustedes hayan realizado a través de sus preguntas. 


Cuando la persona ha descubierto un indicio de la gran Verdad no puede callarse, debe decirlo en voz alta, en todas partes, sin miedo, porque la verdad es la verdadera y única salvaguardia de la acción. La acción, el movimiento, ustedes son esto. 

Pregunta: ¿Cuándo comenzó y cuando termina esta era que estamos viviendo?

Respuesta: Las eras empiezan y terminan con la voluntad del hombre. ¿De qué serviría hablar por ejemplo, de que estamos sacudiendo las amarras para que viaje libremente por el espacio la Constelación de Piscis y por qué viene a reemplazarla la Constelación de Acuario? ¿De qué nos serviría que viniese el Cristo aquí y ahora si nosotros no estuviésemos preparados para recibirle? ¿Qué son las Eras? Qué son los sistemas, incluso los sistemas cósmicos, sino la voluntad de expresión de aquellos que fueron hombres y ahora son dioses y para empezar a ser Dioses debemos ser plenamente humanos y hago un gran énfasis en ser "completamente humanos”, en ser promotores de la acción cósmica aquí en la tierra invocando las energías del bien y tratando de aprovecharlas correctamente. Sería muy fácil para mí explicarles lo que es una Era, el recorrido sideral de los astros, la órbita de las constelaciones, el triunfo de la voluntad de los Logos por encima de la materia de los distintos Universos, pero esta no es mi misión. Mi misión es señalar el camino de la acción, de la acción mística del hombre que ha descubierto la Verdad en sí mismo y trata de explayarla en sus actos. Todos formamos parte del gran cuerpo social de la Humanidad y todos somos consecuentemente los guías de la acción serena de los pueblos, sólo que hay que tratar de demostrarlo en forma objetiva, que no sea simplemente un ideal con el cual encubrimos a veces la ineptitud de la resolución o la poca fe en la conducta.

Un Sistema Planetario, un Esquema, un Sistema Solar o un Sistema de Constelaciones, se rigen por la misma medida cósmica, pero el descubrimiento de la Ley y el triunfo de la Verdad están más allá de todo esto, están dentro de nosotros, en la medida que descubramos esta Verdad en nosotros mismos nos daremos cuenta exactamente cómo se manifiesta en nosotros la acción cósmica, esta acción cósmica que triunfa de las eras, que es el promotor de las eras, que ha triunfado en Piscis y ha de triunfar en Acuario y triunfará en todas las constelaciones que la Tierra tenga que afrontar en el devenir de las edades.

Ustedes no preguntan, voy a preguntarles yo. ¿Por qué están ustedes aquí? ¿Se han detenido a preguntar por qué están ustedes aquí? De una manera muy honesta y muy profunda, no será para venir a escuchar a una persona inte­resante, o más o menos interesante, sino porque ustedes han descubierto que su vida todavía no ha dado un giro completo hacia el mundo del ideal y están tratando constantemente de reorientar esta vida hacia el ideal de una manera completa, ¿verdad que es así?, si no ustedes no estarían aquí escuchando. Yo no sé dónde ustedes estarían, pero no aquí. Los tiempos han cambiado tan absoluta y trascendentemente que ya no pueden volver al ritmo de lo pasado, porque el pasado fracasó y nosotros somos el producto de aquel pasado. No permitamos pues que el futuro sea un fracaso del presente.

Es así como se estructuran los ideales, viviendo intensamente en el presente, esta realidad que están viviendo o tratando de vivir aquí y ahora. Esto para mí constituye la más trascendente de las fórmulas históricas, psicológicas o místicas, que ha de atravesar el hombre para llegar a su Creador.

Aquí tratamos ahora de cómo acelerar el movimiento que recién ahora hemos iniciado y llevarlo a su más alto cumplimiento. Ustedes vienen entonces para acelerar este movimiento, porque la aceleración de este movimiento trae para ustedes las guías serenas de la acción correcta; la corrección, no simplemente de las costumbres o del carácter, sino de la vida entera cuando se sumerge plenamente en el ideal, cuando nosotros y el ideal nos hemos convertido en la misma cosa, cuando ya no podemos desdecir este principio, cuando el código moral se ha impuesto en nosotros de una manera completa, sin esfuerzo por nuestra parte, lo cual significa que vamos adentrándonos constantemente por las rutas del conocimiento interno y nos vamos haciendo señores de esta vivencia desconocida que trae para nosotros toda majestad, todo poder, todo amor y toda justicia. Si ustedes están aquí y ahora y le prestan a este momento fúlgido del tiempo, el aquí y ahora la debida atención, ustedes tendrán en su poder la fórmula mántrica única que les permitirá acceder a las más altas iniciaciones. La iniciación es un movimiento dentro de ustedes, no es una meta rígida en el espacio, si ustedes crean una meta rígida en el espacio, ustedes paralizan el movimiento. Hablo de la historia del hombre a través del tiempo que se ha fijado muchas metas y ha fracasado en cada una de ellas porque ha cristalizado su visión en la meta y ha perdido de vista el movimiento.

Y ahora ustedes están moviéndose. ¿Saben ustedes por qué se están moviendo? Porque están escuchando muy atentamente, cuando están ustedes escuchando muy atentamente, ¿qué suceden ustedes? ¿Dónde queda la meta rígida de la acción? ¿Dónde queda el objetivo que ustedes se han propuesto o han determinado? Sólo  quedan ustedes y Dios, porqué Dios y ustedes son la misma cosa, porque esta serena atención les ha aproximado tanto a ustedes mismos  que les ha acercado a Dios. Entonces ustedes no son una meta rígida en el tiempo, ustedes son el movimiento de la propia Vida de Dios, ustedes son un solo y único corazón, ustedes están viviendo ahora intensamente estos momentos que están más allá de la historia, porque están enclavados dentro de los ilimitados océanos de lo eterno.

Pregunta: Señor, según sus estudios, ¿en cuántas generaciones se pule el karma que se trae de nuestros antepasados?

Respuesta: ¿Cuántas generaciones? Entonces usted me habla del tiempo, yo les hablo de aquí y ahora, no de las generaciones que nos precedieron ni de las generaciones que vendrán después de nosotros, les hablo única y exclusivamente de aquella fuerza espiritual que triunfa del tiempo, que está más allá del pasado y más allá del futuro y esto solamente se puede percibir aquí y ahora, no porque ustedes estén aquí y ahora, porque dentro de una hora, o dos horas, o como sea, ustedes enfrentarán otro momento aquí y ahora que tienen que prestarle idéntica atención que la atención que me están ustedes dedicando a mí. ¿Sería posible esto? Esto cambiaría completamente sus vidas, ya no se preocuparían por el pasado ni por las generaciones, ni el número de vidas que hemos vivido. ¿De qué sirve haber vivido mil vidas si en el presente donde se reflejan todas las vidas somos todavía corruptos e incompletos?

Hay que atender serenamente estas palabras porque estoy tratando de decirles que en ustedes hay una verdad atemporal y esta verdad debe triunfar por encima de todas las cosas. Sin el descubrimiento de esta verdad ustedes carecerán del poder místico que eleva las almas, sus invocaciones de fuerza cósmica o de fuerza dévica no tendrán la consistencia precisa para producir grandes y positivos resultados en el ambiente que los rodea, porque
serían ustedes conscientes de que el ambiente social de una nación siempre será el producto de la evolución mística de sus propios ciudadanos y que por lo tanto hay esta gran responsabilidad para ustedes a quienes considero 
discípulos. En realidad todos somos discípulos de algún grado dentro de las inmensidades de la Ley.

Pregunta: Señor Anglada, de acuerdo a lo que escuché, más importante que las metas son los movimientos que inevitablemente llevan a las metas, ¿no es cierto? Mi pregunta consiste en lo siguiente: ¿A esos movimientos, cuáles son las pautas generales para ponerlos en acción? ¿O sea para un principiante?

Respuesta: Yo me refiero a un movimiento eterno, porque si dividimos el movimiento eterno en movimientos, sin darnos cuenta haremos una separación entre movimientos y entonces se perderá la fuerza del gran movimiento y por lo tanto no puedo dar ninguna pauta porque eso sería traicionar la verdad que yo he conquistado. He llegado a la verdad sin crear una meta y ustedes son seres humanos como yo por lo tanto ustedes avanzarán sin crear una meta muy rígida, porque una meta rígida sin daros cuenta va a condicionar su conducta entera. En tanto que si ustedes descubren el movimiento, conocerán las pausas del movimiento, no las pausas de los distintos movimientos. Un  movimiento de masas por ejemplo, puede estar muy equivocado como un movimiento individual, pero cuando el individuo ha descubierto la causa del movimiento que es el Yo Superior, entonces empieza un nuevo estado de conciencia que le lleva a  atravesar más allá de metas definidas, ya no vamos a decir: voy a hacer esto o lo otro, sino voy a hacer lo que Dios quiere que haga yo. Esta es la Ley, esta es la Realidad,  esto es lo que trato de decir constantemente. Sólo decirles que si un ser humano puede conquistar la Verdad, descubrirla y no traicionarla, en esta medida encuentra su propia libertad, la liberación del tiempo y su penetración en las inefables profundidades de lo Eterno.

Pregunta: ¿Cómo se tiene que hacer para lograr que fuerzas cósmicas o dévicas nuestras tengan efecto o se produzcan?

Respuesta: Pues, considerando estas invocaciones como un movimiento, o como el movimiento en ustedes. Si ustedes se dan cuenta del movimiento y al movimiento lo dejan fluir sin esfuerzo, sin pretender otra cosa que el bien, es la evolución mística de los devas en nuestro corazón.

Voy a hablarles un poco de los devas. Los devas y los hombres constituyen la mano derecha y la mano izquierda de Dios: los devas porque construyen, los hombres porque idean y crean. Por lo tanto, cuando el hombre se hace creador es cuando el deva viene a construir, el deva necesita un andamiaje para crear una estructura mística de acuerdo con el pensamiento del hombre. Siendo así, cada pensamiento que surge de nuestra mente, cada
sentimiento que surge del corazón están desde un buen principio estructurados con materia dévica, porque los devas son los señores del espacio, porque los devas son los señores del éter y porque los devas son los señores del gran movimiento cósmico. Y ahora verán ustedes que cuando están invocando con fe, unción, esperanza, sin crear una meta, sino trabajando intensamente, están creando un vacío a su alrededor y ese vacío es ocupado por la plenitud dévica. Entonces, por qué no ser invocativo, no solamente durante el momento del culto dedicado a nuestros ideales, sino que el ideal y el culto fuese la constante de nuestra vida, de nuestra conducta y entonces seremos grandes pese a la pequeñez de nuestra propia vida, o esta apariencia de pequeñez con que Dios encubre la obra de la humanidad.

Continuaremos porque ustedes no preguntan, pero yo voy a responderles sin embargo. Todo su yo histórico, que es la conciencia mental, emocional y física, constituyen una estructura muy cristalizada todavía, que le impide la gran percepción de este gran movimiento cósmico. No sé si se han dado cuenta sin embargo, que ustedes no son esta 
estructura, que la mente, el deseo y el cuerpo no son ustedes. Y ustedes me preguntarán, ¿pues qué son estas tres envolturas? Son tres ángeles, tres ángeles que han dispuesto la materia en el espacio de tal manera que ustedes pueden pensar a través de la estructura mental, que pueden sentir a través de la estructura emocional y que pueden actuar a través de la estructura física. ¿Y cómo existe una relación sintónica y armónica entre nuestro yo, que no es  esa triple estructura? Solamente por la atención, la atención sobre la propia estructura de una manera impersonal. Nos daremos cuenta así que nosotros no somos la mente, que nosotros no somos los pensamientos, porque reconoceremos que nosotros no somos los elementos dévicos que están actuando dentro de nuestro cuerpo mental, emocional y físico.

Si esto llega a ser en ustedes, no un complejo de conocimientos, sino un descubrimiento, se darán cuenta de que ustedes son los Logos de tres universos, un universo físico, un universo mental y un universo emocional y que tienen el deber cósmico de llevar estos tres universos a su propia perfección. La relación dévica sobre ese aspecto es esta comprensión, pero, ¿quiénes son estos tres devas, estos tres ángeles? Son simplemente producto del tiempo, son el producto del pasado al cual hacía referencia, por lo tanto, hay que controlarlos porque llevan el empuje del pasado, este pasado histórico sobre el cual hemos estructurado nuestra conciencia actual. Entonces, ¿qué precisan estos devas, estos ángeles, de nosotros? o sea, los tres cuerpos, ¿qué exigen de nosotros? Comprensión y gobierno sin opresión, comprender un cuerpo es empezar a amarle. ¿Y qué sucede cuando estamos muy atentos al cuerpo físico desde esta gran atalaya de comprensión? Que el cuerpo físico se hace sumiso a nuestra voluntad, que el cuerpo astral se hace más sensible y que el cuerpo mental se hace cada vez más santo, perfecto y completo en sí mismo y forma parte del contexto de lo que decía anteriormente, de esta conciencia integrante de Aquí y Ahora, pues están Aquí y Ahora, quizá para darse cuenta exacta de que el proceso de Redención de los mundos empieza con el proceso de redención del hombre de acuerdo con sus vehículos. La redención física, la redención astral y la redención mental y ustedes son el gran alfarero que tienen que fabricar estas grandes vasijas, hacerlas perfectas y que sean una ofrenda del Creador.

Pregunta: Perdón, si el ego es una celada, como manifiesta el fundador de la Fraternidad Rosacruz ¿El rayo egoico es el mismo rayo de la mónada o chispa original, o es un fragmento de la misma?

Respuesta: El rayo egoico es un fragmento de la mónada, naturalmente, del rayo de la mónada, sólo que hay que aclarar algo y es que el rayo del ego es un subrayo de los siete rayos que la mónada está desarrollando, porque la mónada es un logos y el logos siempre se manifiesta a través de siete rayos y entonces cuando llega virtualmente al plano del ego se descomponen en siete subrayos y constituyen las siete torres o las siete puertas de entrada a Jerusalen, que son siete entradas para descubrir el Reino del Padre o sea Shamballa.

Max Heindel sabía mucho de estas cosas, pero ahora ha llegado el momen­to de hacer todavía más claro, decir por ejemplo la relación del ego con aque­lla gran impronta cósmica que trajo como consecuencia la llegada al plano causal de los grupos egoicos, que constituyeron las siete ciudades santas que se convirtieron después en las siete puertas para la Gran Ciudad de Shamba­lla. Entonces, aquí tenemos una serie de personas cuyo ego es muy distinto según su rayo, pero sin embargo procede de la misma mónada, la mónada es el corazón, el ego es la mente, y naturalmente, hay que empezar a hablar ya del rayo de la mónada, porque el que posea el rayo de la mónada podrá trabajar en siete rayos y ahí está la gran aventura de la búsqueda, la búsque­da de la Gran Verdad, que está en todos los rayos, sin distinciones ni luchas entre los distintos rayos.

Pregunta: ¿El rayo mental es el mismo del Ángel Solar fecundado por él? ¿Qué relación hay con el rayo egoico? y ¿Cómo se determina el Rayo del Ángel Solar? ¿Hay algún método práctico?

Respuesta: ¡Claro que sí! Hay un camino establecido entre la mente concreta, la mente abstracta y el ego. Para activar ese triángulo que son tres vértices distintos tenemos en el plano mental superior un puntito brillante que constituye la avanzada de la mónada, allí está refugiada la historia del hombre a través de las edades, es el átomo permanente mental. Después en el tercer subplano se halla lo que llamamos el Ángel Solar, el Ángel Solar es aquella gloriosa entidad que hace 18 millones de años, infundió su vida en el hombre animal y lo convirtió en un ser humano, en lo que somos nosotros. Existe después el Centro Ajna que constituye el asiento de la mente concreta. Ahora bien, entre la mente concreta y la mente abstracta hay un punto de luz, que esotéricamente llamamos el centro de la unidad mental, puede ser muy distinto el rayo de la unidad mental que el rayo del ego y que el rayo de la personalidad que está tratando de pensar a través del Centro Ajna. ¿Qué sucede entonces? Que las energías de la mónada cuando son invocadas correctamente, vienen a través del átomo permanente y se concentran en el Corazón del Ángel Solar, sea cual fuere el Rayo del Ángel Solar y después se transmiten al Centro Ajna, creando un antakarana o puente de arco iris que conecta el hombre inferior con el hombre superior. Y entonces, en virtud de ese supremo paso de las energías que van del cen­tro ajna al alma y de aquí al mundo abstracto, desaparece la unidad mental, ya no tiene mucha importancia, porque el intelecto en este caso queda circunscrito al área del corazón, entonces tenemos tres rayos aparentemente: el rayo de la mónada, el rayo del ego ‑que es un subrayo de la mónada- ­y tenemos el rayo de la mente o del centro ajna que es un subrayo del ego. Es un poco difícil, ¿verdad esto? Pero poco a poco se va comprendiendo. A medida que la persona se hace invocativa triunfa de las cosas aparentes, de la historia, incluso de lo que aprendimos de pequeños, incluso del código genético. Todo esto pasa a un segundo término, solamente queda lo principal, el ideal místico, la mónada y entonces con el rayo de la móna­da infundido en el Ángel Solar y transmitido en nosotros vía el centro ajna, empezamos a comprender el alto misterio de la vida. Ahora, cuando ustedes están muy atentos, el rayo de la mónada surge triunfante por el rayo del ego y llega a nosotros con toda la pureza de su rayo. ¿Qué se produce entonces? Un gran vacío. Un gran silencio expectante, una gran paz, una gran quietud, un gran recogimiento y entonces circunstancialmente ustedes han sido inspirados por un rayo directo de la mónada. Y ahora estamos tratando, en este ciclo de vida, en esta era, de tratar de imprimir a los acontecimientos el poder vitalizante del ravo de la mónada, el rayo del espíritu, otro nuevo, exquisito y pleno sentido de alerta de lo que hay que hacer, de nuestra tremenda responsabili­dad, de la aceptación de este gran desafío. Dios nos está instando al gran sacrificio, de nosotros depende la respuesta.

Pregunta: ¿El rayo egoico es el mismo vida tras vida? Si cambia, ¿cómo cambia y por qué?

Respuesta: El rayo egoico proyectado en la personalidad cambia vida tras vida porque como que procede de la mónada que tiene todos los rayos, tiene que hacer la experiencia en todos los subrayos de la mónada; para cuando sea perfecto en los 7 subrayos será perfecto y comprensible descubridor del rayo de la mónada. Entonces la mónada descubrirá su verdadero rayo, que desconocemos, ¿verdad? Sabemos que la mónada tiene un rayo, solamente el indicio está en el subrayo, porque ascendemos desde la pequeña personalidad a la mónada a través del subrayo del ego, que es una de las 7 corrientes de energía de la mónada.

Pregunta: Lo que nos ha estado transmitiendo usted, ¿lo ha adquirido con un conocimiento directo o indirecto? Y si fuera el primer caso, ¿cuál fue el camino?

Respuesta: Fue un producto de un movimiento que no encontró resistencia dentro de mí. Cuando la persona persigue el conocimiento, el conocimiento le traiciona; pero cuando la persona investiga, el conocimiento es su servidor, no su dueño. Es decir, que fui conquistando el conocimiento por la conquista del movimiento. Les estoy hablando desde el movimiento todo el tiempo, porque en el movimiento está la esencia del conocimiento, la esencia de la comprensión y de la sabiduría.

Pregunta: No sé si lo interpreté bien; anteriormente le 
pregunté si había algunas pautas con relación al movimiento, ya que las metas eran un derivado y no tenían que establecerse rigideces con relación a las metas, ¿no es cierto? ¿Podría ser la quietud uno de los puntapiés del 
movimiento?

Respuesta: Sí, pero la quietud no puede provocarse por el solo hecho de querer provocarla porque la quietud debe ser parte del movimiento. Si ustedes persiguen la quietud  pierden el movimiento. Pero si ustedes siguen el movimiento quedarán quietos. Es muy sutil lo que estoy diciendo. ¿Por qué perseguimos metas y queremos pautas? ¿No será porque no enfrentamos directamente esta verdad que es el movimiento? La naturaleza está moviéndose, el firmamento también, todo es un movimiento, no podemos crear una pauta en el movimiento hay que seguir el movimiento sin crear pautas. ¿Será esto posible? Hay que tener una gran comprensión porque si se comprende esto se descubre la verdad. Y claro, cuando nos falla la meta, la pauta o la disciplina, ¿qué sucede? Que tenemos miedo, miedo de enfrentar una situación desconocida para nosotros, como es la situación de seguir el movimiento sin crear una meta. Entonces, si nos damos cuenta de esta verdad, nos daremos cuenta que el movimiento no se paraliza nunca, salvo que nosotros provoquemos su completa paralización, sea en nuestra mente, en nuestra emoción o en nuestro cuerpo, y aquí hemos hablado antes del Principio de Redención, porque sólo la redención del compuesto celular de cada cuerpo dará como resultado el contacto con el movimiento del Ego, con el subrayo que es el Ego y después, con el tiempo, iremos ascendiendo en espiral sin buscar meta, hacia esta gran fuerza invicta que es el Espíritu, que es la célula mística de todo movimiento dentro de la humanidad, dentro de nosotros.

Pregunta: Señor, yo quizás hablo en un lenguaje más profano que el resto de las personas que están bien informadas. Usted habló de esfuerzo y sacrificio, ¿hay sacrificios estériles y sacrificios fértiles, ¿verdad? Porque flagelarse o hacer quizá una larga caminata haciendo un sacrificio físico que no sea en provecho de alguien, ¿es un sacrificio que se puede recomendar? ¿O en qué consiste realmente el sacrificio que conduzca a nuestra perfección?

Respuesta: La gente provoca un sacrificio buscando un pago espiritual, pero yo no les hablo de un premio como resultado de un sacrificio, sino que les hablo de un movimiento que traerá como consecuencia el sacrificio de su vida entera en el altar del ideal. Las personas se sacrifican, se mortifican, porque creen que la mortificación y el sacrificio conducen a Dios. ¡Es lástima! Porque se piden grandes esfuerzos a la humanidad porque no se comprende que la Vida es tan bella y tan profunda que no tiene tiempo para sumergirse en los pequeños detalles del sacrificio humano. Antaño se creía que el sacrificio conducía a Dios, pero el sacrificio de la pequeña personalidad como el caso de aquellos yoguis que están durante años con la mano extendi­da hasta  quedar petrificados o de aquellos yoguis que están inmersos en el trabajo de querer ajustar sus vidas a algo tan grande como es el estar sentados horas y horas y hasta por mil años en una cierta posición o el sacrificio del cuerpo de ciertas religiones, creyendo que con esto alcanzarán la misericordia, es falso. Están paralizando el movimiento de Dios en su corazón, porque están oprimiendo sus cuerpos y cerrando sus cuerpos a la ley del espíritu y esto naturalmente no puede ser agradable a la visión del Dios interno.

Hay una muralla entonces, entre el Dios interno que no quiere sacrificios y sin embargo es el Gran Sacrificio, con la pequeña personalidad que está tratando de alcanzar el Reino de Dios a través del sacrificio. Yo me refiero al sacrificio que nace con movimiento, porque ustedes tendrán que afrontar este movimiento tarde o temprano si quieren llegar a Dios, entonces, no se preocupen del sacrificio. Ahora bien, les voy a hablar del Servicio, el Servicio creador. Si ustedes sirven con la devoción con que se sigue el más alto de los ideales, si a través del servicio buscan el amparo del hermano, su curación, su ensalzamiento y no la meta rígida que es la gratificación divina, entonces ustedes serán conscientes del Reino de Dios, serán conscientes de este gran movimiento creador que ustedes han invocado.

¿Están de acuerdo ustedes?

Pregunta:  ¿Cómo nos puede ilustrar acerca de la relación entre la técnica de “como si” y la serena expectación? 

Respuesta: ¿Qué hay que entender como la técnica “como si”? Ustedes en su corazón tienen el ideal de la perfección. Raras veces buscamos este ideal en el corazón, lo buscamos fuera de nosotros, entonces se cierra el corazón y quedamos a merced de lo externo...

(Se corta la grabación)




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