(Los audios en lengua Catalana son traducidos progresivamente al idioma Español)

domingo, 2 de septiembre de 2018

Aprendemos enseñando!



 ¿Cual es la finalidad que persigue un aspirante en probación al instruir a un grupo esotérico?

Cuando un aspirante decide hacerse responsable de un grupo indica que el Alma empieza a exteriorizarse en su vida de servicio.
Al principio como acostumbra a ocurrir corrientemente es necesaria una etapa de aprendizaje, debemos aprender a transmitir las enseñanzas de manera que despierten  el interés y las ansias de servir a quienes se acerquen buscando instrucción. Para ello, aunque a nosotros mismos nos cueste ser impersonales porqué todavía no somos discípulos en el amplio sentido de la palabra, debemos actuar como si ya lo fuéramos y procurar no dejarnos arrastrar por el deseo personal de la mayoría de miembros del grupo de adquirir conocimiento espiritual, pensando únicamente en sí mismos, lo cual manifiesta egoísmo en sus preguntas o comentarios. 
Siempre hay que elevarles la consciencia y el discípulo que los instruye no debería descender a su nivel, pues de esta forma detendría la evolución propia y la del grupo en vez de acelerarla. Además el discípulo aceptado que sirve está comprometido con el Maestro y es responsable de avivar la Luz allí donde vaya.

Su misión consiste en despertar las consciencias y convertirlos en servidores de la humanidad. Esta es la intención del Maestro cuando instruye a los discípulos encarnados comprometidos en el servicio.

Es necesaria la formación de grupos acuarianos donde los personalismos y la individualidad quede al margen del trabajo grupal.
Si el discípulo que los orienta les da ejemplo en su forma de actuar, se producirá un hábito que acabará por convertirse en algo que forme parte de sus vidas. Al principio lo practicarán únicamente cuando estén con el grupo y al volver a los ambientes cotidianos se comportarán de nuevo  como personas corrientes, pero con el paso del tiempo y el contacto grupal la impersonalidad se hará más habitual en sus relaciones y contactos cotidianos.  
Este es el paso inicial del contacto e integración grupal como almas y a la vez como personalidades. A medida que se avance, la consciencia del Alma grupal penetrará más profundamente en sus vidas y entonces se producirá una notable expansión grupal.

El instructor del grupo (algo más avanzado en el camino) se dará cuenta que !cuando se enseña es cuanto más se aprende ! 
Un instructor esotérico siempre tiene que señalar a sus condiscípulos la próxima meta a alcanzar, la que él ha alcanzado y para esto tiene que estar muy atento a la necesidad del grupo y a su propia Fuente de inspiración.

Los aspirantes anhelan la espiritualidad para sí mismos, pero esta orientación es personal. Para adquirir la consciencia grupal en que el Alma se manifiesta, hay que olvidarse de si mismo, cambiar el egoísmo en altruismo y los deseos de perfección individuales en amor a la humanidad.
Los poderes espirituales y la comprensión de lo superior vendrá inevitablemente a medida que servimos, pero no deberíamos buscarlos, porqué quien piensa únicamente en la propia perfección manifiesta egoísmo personal y falta de amor hacia los demás.

La orientación interna de los aspirantes avanzados y en probación es dual. Todo discípulo que ha encarnado, inevitablemente tiene que relacionarse y vivir su vida personal de la forma como mejor sepa y pueda. Sin embargo aunque aparentemente parezca una persona corriente en realidad no lo es. Sus valores distan considerablemente de los de la humanidad común y esto influye grandemente en su vida de relaciones, las más próximas y las más distantes, produciéndose a menudo separaciones y conflictos en su vida personal.

La vida karmica lo pone a prueba constantemente y la dualidad se le presenta en cada decisión que debe tomar. La indecisión es la respuesta y también el sufrimiento, sin embargo en una etapa más avanzada tendrá que escoger entre dos caminos, el que le conduce a la evolución superior de entrega y servicio o el que lo mantiene atado al aspecto material de su vida.

Aunque pueda parecer que es injusta una vida constante de pruebas karmicas, en realidad demuestran una gran oportunidad que se nos da de trascender el karma que llevamos acumulado en el tiempo durante infinidad de encarnaciones. Cada vez que afrontamos las pruebas y las superamos nuestra consciencia aumenta en radiación e intensidad y nos convertimos en verdaderos redentores de la materia, en Almas vivientes, porqué al liberar el propio karma aligeramos el karma del mundo.

Pero también existe el aspecto positivo que le da la fuerza necesaria al discípulo para no desfallecer y seguir firme en el camino superior que ha escogido voluntariamente. Son las personas (las almas) que se sienten atraídas por el magnetismo espiritual que el discípulo irradia e inician el camino del servicio.
Unas personas se alejarán de él y otras se acercarán. 
Lo semejante siempre atrae lo semejante.
De ahí que  a medida que el discípulo sirve y avanza en el sendero cambia su vida y sus relaciones. Esto indica que la evolución está en movimiento y sus estados de consciencia se expanden de forma constante.

Cuando un grupo esotérico llega a integrarse plenamente se producen expansiones de consciencia grupales, en unos más que en otros, depende de su preparación interna, indicando que el proceso de avance los está adentrando en el discipulado consciente.
El primer indicio de que el Alma dirige la personalidad del discípulo es que surgen de su interior las ansias de servir, de librar del sufrimiento y la ignorancia a la humanidad sin esperar ningún reconocimiento personal.

Desdichadamente la obscuridad no va a desaparecer del mundo, porqué existen todavía muchas almas inconscientes de su divinidad aferradas a los valores materiales.
Sin embargo a medida que avance la era de Acuario se harán más evidentes las fuerzas de la Luz, porqué una gran parte de la humanidad habrá entrado en el sendero del discipulado y su consciencia grupal demostrará el aspecto positivo de la nueva era.

Marta Parramon