(Los audios en lengua Catalana son traducidos progresivamente al idioma Español)

lunes, 25 de julio de 2016

Al recordar eternizamos el Karma!


                                                    

( publicado en el blog de la Sociead Teosófica Rama Armonía el 29/12/2014)



Recordar  hechos y circunstancias de un pasado lejano o reciente nos lleva a prolongar el karma  de  forma interminable. I no se trata únicamente de atraer un recuerdo sino que al hablar de ello, hacemos retornar el pasado al presente.

Todo cuanto existe se origina en la mente ya sea logoica o humana. Al expresar una idea  en palabras la precipitamos a la encarnación y a su exteriorización concreta,  física y externamente.


Sabemos que la energía sigue al pensamiento y que todas nuestras acciones pasadas están escritas en el espacio como formas mentales, algunas de ellas con un enorme poder, por el hecho de que las estamos vitalizando constantemente al recordarlas.


Observemos al mundo, al país donde hemos nacido, al pueblo o a la familia con quienes nos ha tocado compartir el karma en esta encarnación.

¿Nos hemos dado cuenta que somos el fruto del pasado,?  qué todo cuanto la humanidad hemos llegado a ser es el producto de nuestras acciones?

¿Porqué existen tantas fricciones entre pueblos y naciones o entre los seres humanos individualmente ? acaso no es porqué estamos trayendo a la memoria de forma constante lo que ocurrió en el pasado?.

Seamos o no conscientes de ello nos negamos a abandonar los resentimientos y odios que nos unieron a otros seres desde tiempos inmemoriales. Esta actitud en vez de ser trascendida y olvidada atrae cada vez con más fuerza a estas formas a quienes nosotros mismos les hemos dado vida. Son entidades psíquicas negativas que se precipitan con un enorme poder sobre el planeta y hacen que se repitan una y otra vez las mismas circunstancias vividas en un lejano pasado. Esta actitud nos ata a la Tierra durante millones de años. 

Si aprendiéramos a vivir olvidando el pasado, habiendo asimilado sus lecciones y empezáramos a hacernos responsables de la parte que nos corresponde como seres humanos de buena voluntad, las relaciones correctas en este mundo serían inevitables.  
¿Porqué la evolución de la gran mayoría de seres humanos es tan sumamente lenta?

Podríamos dar respuesta a muchos de estos interrogantes y siempre llegaríamos a la misma conclusión: La humanidad somos el fruto del karma, que es lo mismo que decir que somos el fruto de nuestras acciones (buenas y malas) y está en nuestras manos contribuir a cambiar el mundo, creando a cada instante nuevos y más humanos valores que incluyan a la mayoría, y no únicamente a una pequeña parte o sector de la humanidad. La humanidad común vive del pasado, esto significa que el karma condiciona de forma constante sus vidas. Las reacciones del presente son debidas a los recuerdos de las vivencias pasadas o a las esperanzas puestas en el futuro, condicionados siempre por lo que se ha vivido anteriormente ya sea para evitarlo o para poder revivirlo, y esta es la razón de que el karma nos impulse a encarnar constantemente, pues la memoria es un potente imán que nos atrae a la tierra y a nuestras vivencias insatisfechas.

La pregunta definitiva y más importante podría ser esta: ¿Podemos trascender el karma?.
Formamos parte del mundo compartiendo el karma mundial que hemos generado entre todos. Pero si queremos cambiar al mundo antes tendremos que cambiar cada uno de nosotros individualmente, realizando interna y externamente un cambio de actitud que nos permita vivir sin apegos y que nos introduzca en el Sendero de evolución superior, pues los recuerdos no son más que apegos al pasado. Si esta es nuestra intención nuestros pensamientos deberían ser creativos, nuevos y frescos, y al recordar el pasado deberíamos centrarnos en las experiencias positivas que nos han hecho crecer como verdaderos seres Humanos.

Centrarnos en todo cuanto a contribuido a unirnos y no a separarnos de los demás, sabiendo que la mente tiene un gran poder de atracción para los Devas constructores, y que cuando pensamos estamos poniendo las bases de lo que ellos pueden llegar a materializar  físicamente en el futuro.

Empecemos por construir en vez de destruir, seamos los artífices de una nueva cultura y civilización dedicada a levantar la estructura que habrá de acoger a una nueva raza de seres humanos, cuya consciencia futura estará libre del karma porqué habrá aprendido a vivir en el ! Eterno Ahora !, libre de recuerdos y libre de esperanzas, pues sabrá que lo único verdadero y real es el Presente. 

La mente centrada en uno mismo en lo externo de la vida, es lo que crea el karma y esto indica atracción hacia la materia. Mientras exista esta atracción seguiremos generando karma y lo único que nos puede librar de él es el desapego, ya no únicamente de los bienes materiales o de los afectos personales sino de nosotros mismos.

Dejar de ser lo que somos, todo cuanto hemos llegado a ser por medio de las experiencias kármicas vividas en cada encarnación y que nos han permitido crecer y desarrollar la consciencia, significa dejar de pertenecer al reino humano como individuos aislados, pues éste es el reino de la Naturaleza que habiendo llegado al discipulado está entre cielo y tierra. Es el intermediario entre lo humano y lo divino y es en este estado de consciencia cuando el karma personal   mengua considerablemente porqué la mirada del discípulo ya no se dirige al pasado sino que pone toda su atención en el presente inmediato. Siente y sufre el dolor mundial pero su objetivo es el servicio y la liberación del karma de la humanidad.


 Marta Parramon